Las dos primeras jornadas de la Eliminatorias Sudamericanas al Mundial de Qatar 2022 ha dejado varias cosas en claro. La primera es que Argentina y Brasil siguen siendo favoritos. También que hay varios equipos con un nivel muy parejo que lucharán hasta el final por estar en la Copa del Mundo. Sin embargo, la peor noticia de todas ha sido el arbitraje. En los diez partidos disputados se han contado casi una decena de errores, incluso con la ventaja de contar el videoarbitraje.

Lo más preocupante es la mala utilización de la herramienta. Es difícil descifrar cuando van a consultarla y cuando no. La teoría dice que deberá utilizarse en errores claros y manifiestos que se den en goles, tarjetas rojas, penaltis y confusiones de identidad. Sin embargo, la práctica ha dejado muchas dudas. El árbitro del Perú-Brasil, Julio Bascuñán, fue el mejor ejemplo. El colombiano cometió varios errores de bulto, pero dos marcaron el partido y en ninguno recibió recomendación de consultar el monitor de campo.

El primero fue la mano de Neymar previa al penalti que le comenten y que, posteriormente, se convirtió en el empate. Lo más difícil de entender es que se dieron dos jugadas similares en otros dos partidos que fueron anuladas tras consiltar el VAR: el gol anulado a Yangel Herrera en el Venezuela-Paraguay y el gol anulado a Darwin Núñez en el Ecuador-Uruguay. La descoordinación es preocupante.

El segundo fue mucho más evidente: pitó un penalti de Zambrano a Neymar que no existió y en ningún momento fue avisado. Esta jugada se puede comparar con el claro penal que se cometió sobre Arturo Vidal en el Chile-Colombia y que si fue señalado después de consultar el vídeo.

Otro aspecto que dejó muchos interrogantes fue el fuera de juego. En la segunda jornada se anularon varios goles por offside, mientras que otros fueron legales por centímetros. La realización mostró en directo como los árbitros de la sala VOR tiraban las líneas para comprobar la jugada. Sin embargo, no parecían ser muy exactas. La que más dudas sembró fue el tanto anulado a Luis Suárez en Quito que suponía el 1-1 y podría haber cambiado el partido. Las redes sociales estallaron con la imagen final.

Por último, no se puede dejar de hablar del tiempo que necesitaron los árbitros del videoarbitraje para consultar algunas jugadas. Hubo partidos que se fueron más allá de los 100 minutos de juego, añadiendo diez en la segunda mitad. La velocidad es un aspecto que la FIFA consideró clave en la utilización del videoarbitraje, pero en Sudamérica hay mucho que mejorar.

La sensación es que los árbitros necesitan más práctica, tanto lo de campo como los de vídeo, y una política más concreta de su utilización. El VAR ha llegado para quedarse y mientras antes se solucionen estos problemas, más justo será para todos.

TOMADO DE DIARIO AS