Robinho sorprendió hace pocos días con el anuncio de su regreso al Santos, que le fichaba por cinco meses por un salario irrisorio. Pues bien, este martes la prensa sueca apunta que este traspaso responde a la necesidad del delantero de eludir la cárcel.
Y es que en 2017 fue sentenciado a nueve años de prisión por una violación en grupo producida en 2013, siendo jugador del AC Milan. Al no regresara Italia -apunta Aftonbladet- el ex madridista ha ido eludiendo la prisión. En el mismo 2015 dejó Milán para jugar en el fútbol chino y de ahí, a Turquía. Y ahora… al Santos. Todo por no acabar entre rejas. Y es que las leyes brasileñas no permiten la extradición de sus ciudadanos.
El presidente del Santos, Orlando Rollo, ha salido en defensa del jugador en A Folha de Sao Paulo: “¿Quienes somos para juzgar a Robinho? Quien no haya pecado nunca que tire la primera piedra. Además, hay que esperar al resultado del proceso”.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO