En el FC Barcelona tienen clarísimo que Leo Messi no puede irse del Camp Nou. La situación es nueva en el club ya que, salvo Neymar, que pagó los 222 millones de su cláusula de rescisión, el resto de jugadores estrella de los últimos tiempos se marcharon previo acuerdo con la entidad azulgrana, ya fuera a otro equipo europeo como RonaldinhoSamuel Eto’o o Deco o a un destino exótico como Xavi Hernández Andrés Iniesta dándoles en este caso la carta de libertad y abonando la ficha del año de contrato que les quedaba.

El escenario con Messi es totalmente diferente ya que Leo se convertiría en un rival directo en la Champions League en caso de recalar en el Manchester City, destino favorito del ‘10’, o bien e InterManchester United o incluso PSG. El Barça no está dispuesto a regalar al argentino de la misma forma que ha sufrido la inflexibilidad de otros clubs cuando ha querido incorporar a algún jugador contrastado. El caso más paradigmático que se recuerda desde la junta directiva en las últimas horas es el de Neymar, intransferible como Thiago SilvaMarquinhosVerratti Di María, viejos objetivos culés.

El Paris Saint-Germain no quiso negociar en 2018 y se avino a hacerlo en 2019 pero con unas pretensiones altísimas que finalmente no fueron atendidas pese a una oferta del Barça con jugadores de por medio para abaratar el fichaje. El año pasado, Neymar se declaró casi en rebeldía para lograr su deseo de regresar al Camp Nou pero ni así lo consiguió ante la postura de hierro del club francés. Cuando regresó de las vacaciones, el brasileño tuvo problemas con aficionados e incluso una parte del sector más radical le silbó en su regreso a la grada del Parque de los Príncipes con pancartas en su contra (“hijo de puta”, en castellano), que se mantuvieron incluso tras cerrarse el mercado y confirmarse su continuidad.

Ney había pedido internamente al club irse, concretamente al presidente Nasser Al-Khelaïfi, que le fichó en 2017 pagando los 222 millones de su cláusula pero el PSG se negó a traspasarlo por activa y por pasiva instándole a presentarse a entrenar y a jugar. El jugador no lo tenía claro pero finalmente, asesorado por sus abogados y empujado por sus patrocinadores, volvió a jugar y en su primer partido marcó el gol del triunfo de chilena ante el Estrasburgo (0-1).

Siguió jugando a buen nivel y ganó LigaCopa Copa de la Liga y llegó a la final de la Champions , donde se le vio muy dolido y llorando por la derrota después de haber liderado al equipo hasta llegar a ella. La temporada que empezó con amago de rebeldía y ganas de irse acabó con el jugador muy implicado.

El Barça cree que es un buen ejemplo a seguir: mantenerse firme en su decisión de no vender e ir implicando a Messi en la dinámica deportiva. Hacerle partícipe del nuevo proyecto e insistir en que debe seguir. En esta línea, la directiva confía en que si tiene problemas con el presidente Bartomeu, que espere a que se haya elegido uno nuevo en unas elecciones fijadas para la segunda quincena de marzo.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO