Messi sin Barcelona. Ohlalá Messí. Messi and the City. Messi con Lautaro. Messi en Disney. ¿Y su país? ¿Y su otra camiseta? ¿Y su Selección? La onda expansiva de la bomba Leo paró el mundo de la pelota como sólo lo había logrado el coronavirus. Y se propagó a la misma velocidad. Por eso también explotó en el celular del otro Lionel. La realidad es que la noticia también sorprendió a Scaloni y al cuerpo técnico argentino, a pesar de seguir de cerca su presente. «Seguro que nos impactó», fue la primera impresión.

En efecto, más allá de los contactos que siempre existen con el 10, en este caso se trata de una decisión personal que, sin dudas, también tendrá su impacto en el equipo nacional. Fundamentalmente, porque es una situación imposible de soslayar: todo lo que suceda con Messi tiene relación directa con la Selección Argentina, porque como pasa con el Barsa, acá también es la bandera, el líder, el capitán.

Sin embargo, con el correr de las horas, una vez asimilada la noticia, la sensación que terminó por imponerse es que este cambio radical en la vida futbolística de Messi no sólo puede venirle bien a Leo en general sino también a la Selección en particular. Principalmente, porque se entiende que esta salida del 10 es en la búsqueda de mantener su espíritu competitivo, ir por más, y esa cuestión (se cree en el cuerpo técnico argentino) no sólo es valorable y destacable, sino que también va de la mano con los desafíos que siempre representa el equipo nacional.

El 10, ahora, deberá afrontar una nueva historia. Renovarse, rehacerse, imponerseDonde vaya, ya no será el equipo una parte de Messi, sino Messi una parte del equipo. Una filosofía que Scaloni trató de transmitir en su ciclo. Por eso, esta nueva coyuntura quizá lo ayude a Messi a fortalecerse más. Y hasta pueda potenciar su liderazgo en la Selección. De mínima, lo mantendrá súper activo. Y eso también es una buena noticia para el otro Lionel.

TOMADO DE DIARIO OLÉ