Recuperar a Ousmane Dembélé (23 años) para el regreso de la Champions League es la gran obsesión de Quique Setién desde hace varias semanas. El extremo francés se está recuperando de la operación a la que se sometió el pasado 12 de febrero para suturar la rotura del tendón proximal del bíceps femoral de la pierna derecha. En aquel momento, los doctores finlandeses que le operaron (Orava y Lampainen) fijaron en seis meses el tiempo de baja aproximado. Esos seis meses se cumplirán el próximo 12 de agosto, fecha posterior al encuentro contra el Nápoles, fijado para el día 8.Ahora bien, Setién está apretando cariñosamente a Ousmane para que a su vez acelere en su puesta a punto. Con mesura, bajo la vigilancia de los médicos y fisioterapeutas del club, pero con la mente puesta en la máxima competición continental.
Quique Setién es un enamorado de las condiciones de Dembélé, hasta el punto de que tras fichar por el FC Barcelona y lesionarse Luis Suárez a principios de enero, el entrenador azulgrana aseguró , tras no contratarse a un sustituto del uruguayo, que “nuestro fichaje de invierno será Ousmane, será extraordinario”.
Sin embargo, pocos días después el francés recaía de su lesión en el tendón del bíceps femoral, lo que supuso un jarro de agua fría para el técnico cántabro. Después de operarse y recibir un pronóstico de baja de seis meses, el club azulgrana decidió fichar a Martin Braithwaite, que estaba en el Leganés. El danés pudo ser inscrito en la Liga por ser la lesión de Dembélé de larga duración (más de cinco meses de baja aproximada) pero el plazo de inscripción en la Champions League ya estaba cerrado. Por tanto, el ex del Leganés no puede actuar en esta competición. Este es otro motivo para intentar que Dembélé esté a disposición de Setién para el partido del Nápoles o, si se supera, para el periplo que el equipo deba afrontar en la final a ocho que se celebrará en Portugal.
Ousmane afronta el tramo final de su recuperación aunque en el club la cautela marca todas las conversaciones en torno al extremo francés. Los muchos percances que ha sufrido hacen que la prudencia sea una regla básica a la hora de afrontar sus recuperaciones.
En cualquier caso, en el club también son conscientes de que Dembélé es un arma espectacular y más para una competición corta y en un equipo con los efectivos limitados. De hecho, hace una semana desde el Barça se permitieron una licencia: enseñar imágenes de la recuperación del francés en solitario. Y es que desde el regreso a la Ciutat Esportiva, Ousmane ha estado entrenando apartado de sus compañeros para evitar cualquier posibilidad de contagio dado que estaba de baja en la Liga.
Ahora, con el equipo de vacaciones hasta el próximo martes, el único futbolista lesionado que se quedará en la Ciutat Esportiva realizando allí su rutina de recuperación es Dembélé. Ni Griezmann, ni Lenglet ni Umtiti se quedan, los dos primeros porque sus dolencias son leves y el tercero porque las suyas son tan difusas que ni se sabe cuándo puede estar bien ni qué tratamiento se le aplicará.
Sin vacaciones para apurar sus opciones
En cambio, Dembélé sí se queda sobre el terreno porque tanto el jugador como Setién quieren apurar sus opciones de llegar a a la Champions League. Y eso pasa por no perder la concentración con viajes ni cambios de hábitos. Eso sí, el fin de semana tendrá fiesta.
La planificación pasa por que la próxima semana, al regreso del equipo tras los días de descanso que ha dado el cuerpo técnico, Ousmane ya pueda empezar a trabajar con el grupo para entrar poco a poco en su dinámica. La situación no es sencilla porque la inactividad es larga, pero se trata de apurar todas las opciones para que el Barça llegue a la Champions con las máximas opciones. Y Dembélé, aunque sea durante media hora o veinte minutos, es un futbolista desequilibrante que en un una acción puede decantar un partido.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO