Hace tiempo que se da por sentada la salida de Sané. Anoche hubo un anticipo de noticia. Existe acuerdo con el Bayern después de cuatro años en el City: “Me hubiera gustado que siguiera pero se quiere ir. Y contra ese deseo no hay nada que hacer. Le agradezco el tiempo que pasamos juntos y le deseo lo mejor. Se va a un club fantástico”, apuntó Guardiola, que añadió que quedan pendientes pequeños detalles para que se cierre esta operación.

Nadie o pocos en Manchester tiran cohetes por el adiós de Sané, un jugador brillante que se apagó con la grave lesión de rodilla que sufrió en agosto del año pasado. No podrá contar Pep con él de cara al choque de mañana frente a un Liverpool que llega al Etihad como campeón. Sin presión y sin la emoción que se esperaba para la cita: “Fue mejor y jugó fantástico. No nos queda otra que trabajar más e intentar competir de ahora en adelante”, aseguró el de Santpedor.

Interpelado por Klopp, reconoció con naturalidad y deportividad el trabajo que ha realizado en Anfield: “Es un gran ejemplo. Como ser humano le tengo un gran respeto. Solo comimos una vez juntos en el Hall of Fame de Manchester pero no somos amigos. Pero eso da igual. Admiro cómo juegan sus equipos. En Inglaterra y antes en Alemania”, subrayó un Guardiola que no mira atrás. El éxito que se cosechó en el pasado queda ahí. Intocable. Pero volver a competir es innegociable.

Solo esa fórmula le vale para revalidar la FA Cup y soñar con la Champions, aún sin noticias sobre si el City recibirá al Real Madrid en Manchester o en Lisboa: “Estos partidos en la Premier tienen que servirnos de preparación y para llegar en las mejores condiciones”, concluyó Pep, que aprovechó la ocasión para reivindicar el lazo amarillo tras mucho tiempo: “Cualquier causa humanitaria tiene que defenderse. La del Black Lives Matter y la de presos políticos encarcelados por intentar que la gente vote”.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO