Durante estos tiempos de pandemia y alejados de las competiciones deportivas, he podido revisar algunos artículos acerca de las distintas problemáticas que ha generado el COVID-19 en nuestro entorno: el deporte. Particularmente, sobre aquellos atletas profesionales sancionados por dopaje.
Consecuencia a esta pandemia en la que Federaciones Internacionales han suspendido sus competiciones, la más importante sin duda alguna fue la postergación de los Juegos Olímpicos de Tokyo para el año 2021.
Con la postergación de los JJ. OO. de Tokyo, vienen a la mente aquellos atletas profesionales suspendidos por dopaje. Si bien sus suspensiones fueron impuestas por un determinado tiempo, éstas tenían como objetivo imposibilitar a los atletas para que compitan en los JJOO de Tokyo en el 2020.
Allí nace el problema: ¿Qué pasa con dichos atletas si sus sanciones se cumplen en diciembre del presente año? Es así como divergen las corrientes de lo que es justo y de lo que es legal, en este caso preciso sobre la participación de los deportistas sancionados por dopaje en los JJ. OO. de Tokyo previstos a celebrarse en el primer semestre del 2021.
Seguro muchos compartimos la postura acerca de lo injusto y extraño que sería ver competir a un atleta imposibilitado para competir en el año 2020 por dopaje, que por la naturaleza de la sanción fue impuesta específicamente para los JJ. OO. de Tokyo y no a razón del tiempo, que cumplió su sanción, y peor aún, ganando un podio. Y esto se extiende más allá de los JJ. OO. y atañe al mundo jurídico en la aplicación del caso fortuito o fuerza mayor.
Caso opuesto es el de los deportistas que sufrieron lesiones y que se vieron “beneficiados” con la suspensión de las competiciones. Es el caso idóneo en el que convergen sin problema alguno lo legal y lo justo.
Ante lo expuesto anteriormente, y recordando constantemente la frase: un abogado deportivo es primero un abogado; tengo que apelar a la razón jurídica, aunque no sea justa deportivamente hablando, dura lex – sed lex. Y es que, al ser una pandemia un evento imprevisto al que no es posible resistir, mi postura es permitir que compitan los atletas que hayan cumplido sus sanciones, previo a rigurosos exámenes médicos que prueben la no reincidencia en la utilización de sustancias prohibidas que les otorgue una ventaja deportiva.
El COVID-19 ya nos ha mostrado su peor cara. No obstante, dentro del mundo deportivo, será el artífice de una segunda oportunidad para muchos atletas profesionales.
José David Jiménez V.
Conlegal Sports