Cinco días han pasado desde el azote de la UEFA al City y apenas hay constancia de una nota publicada por parte del cuadro de Manchester. Ha trascendido, en cambio, su enfado con clubes como el Real Madrid, el Bayern y algunos ingleses por supuestas presiones para que la sanción se hiciera efectiva: “Fuentes del City consideran que se ha condicionado a la UEFA”, apunta The Athletic. El martes se marcó en rojo en el calendario a la espera de que Guardiola ejerciera como portavoz en la antesala del encuentro frente al West Ham. No fue así. El de Santpedor compareció en su momento antes de aplazarse el partido por culpa del fuerte temporal y no estaba obligado a volver a atender a los medios.

No será hasta después de la cita de esta noche en el Etihad cuando el entrenador del City afronte una rueda de prensa atípica. Probablemente tensa o cuanto menos monopolizada por este asunto que pone en jaque la estabilidad del City en caso de confirmarse el veto a jugar en Europa hasta el año 2022. Pep, sin embargo, se propone pasar página de la crisis institucional que acecha a la entidad con un triunfo que le aísle del resto de problemas.

El cuadro de Moyes pone a prueba la entereza de un City que está a tan solo una semana de viajar al Santiago Bernabéu. El gran examen para un equipo que se olvidó hace tiempo de la Premier en beneficio de una Champions en la quiere dar la talla tras las desilusiones de los últimos años.

Tras una semana de vacaciones, el campeón presenta las dudas de Laporte Sterling. El francés reapareció frente al Sheffield pero no se le ha vuelto a ver desde entonces. Según Pep, para evitar sobrecargarle más de la cuenta tras la exigencia de aquella noche. Por su parte, el extremo inglés sigue trabajando con la vista puesta en Madrid. No se quiere correr en exceso ni forzar a un futbolista que hizo saltar las alarmas en la derrota en la cancha del Tottenham.

En cualquier caso el City está obligado a ganar a un West Ham que llega tocado. Apenas ha mejorado desde la salida de Pellegrini, ahora en descenso con Moyes. En el Etihad colisionan dos crisis de distinta índole. La institucional del City ante la deportiva de los de Londres. Y ambos quieren pasar página cuanto antes.