Wembley espera al City aunque Guardiola apela a ir paso a paso, sin prisas. Ni la ventaja de dos tantos en la ida de las semifinales de la Copa de la Liga frente al United le sirve para relajarse o ni siquiera para pensar que el deber está cumplido. Aún queda otro envite con su vecino, que no se rinde a pesar del escenario: “Mi equipo nunca tuvo complacencia”, se refirió el catalán para disipar cualquier duda, sobre todo por si alguien se cree que al campeón le espera un mero trámite.

No se puede fiar el de Santpedor de un equipo con altibajos, a menudo crecido ante rivales de la talla del City: “Han demostrado que pueden hacerlo. Tenemos que hacer un partido casi perfecto para estar en la final”, agregó Guardiola, convencido de que va a encontrarse en apuros en alguna fase del encuentro. El United amenaza al contragolpe, también en jugadas de estrategia y no tiene nada que perder: “Es importante gestionar las emociones”, subrayó Pep en la previa.

Hay algunas dudas sobre la mesa pero no ofreció detalles. Laporte es una de ellas. En cualquier caso quiere ver un Etihad entregado, como en las mejores ocasiones: “Seducir a la afición es algo que depende de nosotros. Hago mi trabajo para que la gente se entregue y se lo pase bien, no por ganar títulos”, insistió Guardiola, que no quiso entrar a valorar el enfado de Klopp por el apretado calendario: “Al menos que no nos digan a qué jugadores tenemos que alinear”, concluyó.