Leo Messi concedió una larga entrevista, publicada en Italia por ‘DAZN’, recordando sus inicios como futbolista, su actualidad en el Barcelona y sus retos para el futuro. El argentino reconoció echar de menos a Cristiano y que sus duelos quedará «para siempre».

Inicios: «Jugaba al fútbol siete, en Malvinas, la cancha del Newell’s, y era más delantero, pero ahí cada uno se movía por diferentes lados. Yo me movía por la parte de arriba, atrás del punta, ya de chiquito me sentía cómodo ahí».

Cantera: «Tengo mucho de lo que aprendí de chiquito, en la calle, jugando en la cancha de piedra, de tierra, y luego le debo mucho claramente a la cantera del Barça, donde trabajé totalmente diferente a lo que había hecho en Argentina. Es una filosofía diferente a cualquier parte del mundo: crecí como jugador, sin perder lo que traía».

Filosofía: «En los primeros meses me costó entender la manera de jugar al fútbol que tenía la cantera del Barcelona. Estuve tiempo sin jugar por tema de papeles, empecé y me lesioné… No fue fácil entender una filosofía tan marcada, aunque hacerlo de pequeño es más sencillo».

Posición: «Cuando llegué al primer equipo me mandaron jugar en la derecha. No me quedaba otra, pero era una posición totalmente nueva para mí. Me fui acostumbrando poco a poco, estaba encantado porque jugaba y con el tiempo le cogí cariño a la posición, jugar a pierna cambiada me hacía fácil entrar para dentro».

Falso nueve: «Fue una sorpresa para mí. Guardiola me comentó que estuvo mirando mucho los partidos del Real Madrid, que lo había estado hablando con Tito y que habían pensado que iba a jugar de nueve falso: iba a mandar a Eto’o y a Henry por afuera, y yo estaba en el centro, para juntarme también con los medios. La idea era que los centrales me siguieran y los dos extremos rápidos que teníamos picasen a espaldas. Hay uno de los goles de Henry que es así».

Cambio: «¿Valdano dice que puedo jugar en cualquier posición? Él me quiere mucho (ríe). Es verdad que en los últimos años me acostumbré a retrasarme un poco más, tener más contactos con la pelota, juntarme más con los mediocampistas. Pasó esto cuando dejamos de tener a Xavi y a Iniesta, con ellos teníamos muchísima posesión de pelota durante todo el partido».

Físico: «Sentí un cambio físico en el comienzo hasta el día de hoy, porque creo que es automático, uno va creciendo a nivel futbolístico, técnico y físico, y así fue en todos los sentidos. Cuando uno va cumpliendo años se da cuenta de cosas que, cuando eres más joven, no las ves. De los 20 a los 24 puedes hacer lo que quieres, que el cuerpo no lo siente… A partir de ahí, hay que tener un cuidado especial, son muchos partidos, mucho esfuerzo, y el físico no perdona».

Hijos: «Desde que ha nacido Thiago reduje mucho mis fiestas, y ahora que tengo tres hijos, todavía menos. El ritmo de mi vida depende mucho de los chicos: terminamos de entrenar, vuelvo a casa para comer rápido y salir a buscarlos al colegio. Sí, se me cortaron mucho las siestas (ríe)».

Récords: «No le doy importancia a los récords, pero hoy te enteras de todo por las redes sociales, por los amigos, los compañeros, la prensa… Es muy difícil que no te llegue, al final me termino enterando, pero la verdad es que yo no soy de fijarme mucho en estas cosas».

Ligas: «¿Gento? Me gustaría igualar sus 12 Ligas, aunque sea, o superarle… Pero lo quisiera por lo que significaría para todos nosotros ganar tantas, no por el récord en sí».

Pichichi: «El récord de gol en la Liga es importante y significativo, pasaron jugadores espectaculares aquí, los mejores de mundo. Ser yo su goleador histórico es especial. Es uno de los récords más lindos que tengo, un honor. Son muchos años aquí, no sé si otros se quedaron tanto tiempo, y eso me ayudó mucho a seguir creciendo a nivel de goles».

Diversión: «Me sigo divirtiendo, obviamente con mucha responsabilidad, pero el secreto es entrar a divertirte, y cuando lo haces las cosas salen más natural, más fáciles».

Hinchas: «Siempre recibí mucho cariño en todo el mundo, soy un agradecido, hago lo que me gusta y lo disfruto, luego la gente que opine lo que quiera tanto en la actualidad como en el futuro».

Cristiano: «Fueron muchísimos años y no es fácil mantenerse tantos años compitiendo en el máximo nivel, y más en los equipos en los que estábamos, tan exigentes, como son Real Madrid y Barcelona, los dos mejores del mundo. Competir de igual a igual tantos años quedará para siempre, fue muy lindo el duelo deportivo en lo personal y creo que la gente lo disfrutó, sea del Madrid, del Barça o en general a todo el que le guste el fútbol».

Clásicos: «Los partidos contra el Madrid siempre son especiales, pero cuando estaba Cristiano lo eran mucho más. Pero bueno, son etapas que vamos quemando, que dejamos atrás, y se sigue”.

Trabajo: «Sigo queriendo aprender, eso me ayuda muchísimo. Me quedó errar muchos penales y me molesta, la manera de mejorar es entrenarlo, estudiar los rivales… Como supongo que ellos hagan conmigo».

Xavi e Iniesta: «Eran dos jugadores incomparables, muy difíciles de copiar. Los miraba mucho, tanto cuando los tenía como compañeros o cuando los veía desde fuera. Me gusta aprender, sacar cosas de compañeros y rivales».

LaLiga: «LaLiga ha crecido muchísimo y es cada vez más igualada. Se dijo que solo era el campeonato de tres equipos, en realidad fueron temporadas muy igualadas, y que es muy difícil ganar en cualquier campo. Ir de visitantes es cada vez más complicados, los equipos chicos se hacen fuertes de local y saben que su oportunidad para conseguir los objetivos pasa por ganar en casa».

Dificultad: «El fútbol es muy táctico, muy estudiado, en la mayoría de los partidos el rival se encierra atrás y no te deja espacios. Es verdad que antes había más espacio, más tiempo para pensar. Hoy es mucho más difícil todo”.

Equipo: «El colectivo es fundamental. Hoy cualquier equipo con jugadores sin muchísimo talento te puede igualar y hasta ganar. Con orden, con trabajo, esfuerzo y ayuda constante».

Marcajes: «No me molesta el marcaje hombre a hombre, pero cuando es así sabes que son partidos feos, es raro tener a uno siempre cerca. Tampoco me pasó mucho, no me molesta, pero son partidos raros, diferentes. No recuerdo uno en particular. ¿Maffeo del Girona? Sí, puede ser, aquella fue exagerada (ríe)».

Defensas: «Nunca fui de quejarme, creo que el contacto y las patadas forman parte de estos juegos. Me molestan las entradas cuando son de mala leche, eso sí, pero si no es así, todo es parte del juego, no lo tomo a mal».

Goleador: «Parece raro, pero de pequeño no era de marcar muchísimos goles. Recuerdo que en los primeros años en el primer equipo me costaba, o erraba o me faltaba suerte. Eto’o me dijo una vez: ‘El día que empieces a hacer goles, no vas a parar’. Fallaba mucho, hasta que un día el balón entró, y empezaron a entrar todas».

Obsesión: «Cada vez pienso menos en el gol, me tiro un poco más atrás, intento ser el creador, más que en definir. Obviamente me gusta, y si viene la posibilidad bienvenida sea, pero en la cancha cada vez salgo menos mentalizado en eso. Nunca me ha obsesionado, aunque entiendo que se hable cuando no marco mucho, pero es parte del crecimiento, de seguir buscando lo mejor para mí mismo y para el equipo».

Gol favorito: «Siempre dije que los goles que prefiero son los más importantes, más que por belleza. Pienso en los de las finales de Champions, los dos al Manchester United, el de la semifinal ante el Real Madrid también lo recuerdo mucho por lo que significaba… Pero tendría que repasarlos y verlos todo para elegir mi favorito».

Gol ante el Getafe: «No fue un gol de gran importancia, pero fue parecido al que hizo Diego, aunque el momento y el partido de uno con el otro no tenían nada que ver. La jugada fue similar, eso sí».

Faltas: «Antes cuando lanzaba una falta, me acomodaba y pateaba por patear, intentaba pasar la barrera y que fuera al arco, lo hacía sin pensar. Hasta que fui entrenando, perfeccioné el posicionamiento, los pasos, la pegada, probando a poner el pie de una manera o de otra… Pero esto también va por rachas, a veces tienes la suerte que van todas dentro, y a veces lanzas cinco o seis y pegan todas a la barrera. Todo es trabajo, entrenamiento. Cada uno tiene su forma de patear, es muy difícil copiar a otro, cada uno debe hacerse lo suyo, encontrar su manera».

Penaltis: «Los penaltis no me preocupan, pero errarlos me molesta, a nadie le gusta. También entiendo que es parte del juego, es cada vez más difícil porque los porteros son más rápidos que antes, te estudian, todo es más preparado».