Es el portero más ganador de la historia de Emelec con cuatro títulos en su palmarés, pero su salida no fue la que esperaba. La ‘tormenta’ que atravesó entre el final del 2019 y el arranque de 2020 le ha traído varias sensaciones, las expuso en una transmisión en vivo con EXPRESO, en la que el excapitán del Bombillo reconoce que “la vida sigue, el fútbol sigue, la familia está y hay que mirar para adelante”.
Es el portero más ganador de la historia de Emelec con cuatro títulos en su palmarés, pero su salida no fue la que esperaba. La ‘tormenta’ que atravesó entre el final del 2019 y el arranque de 2020 le ha traído varias sensaciones, las expuso en una transmisión en vivo con EXPRESO, en la que el excapitán del Bombillo reconoce que “la vida sigue, el fútbol sigue, la familia está y hay que mirar para adelante”.
La entrevista:
– El 2019 de Emelec fue complejo. ¿Cómo fue el proceso?
-Fue un año muy difícil. Cuando arrancó la pretemporada el club había traído jugadores de nombre. Te encuentras con una plantilla de 35 jugadores. Desde ahí arrancó difícil, para nosotros y para el DT. La gente tenía mucha expectativa, en Copa Libertadores de local empatamos con Huracán y perdimos con Cruzeiro y se destapó toda la bronca y nervios. Para mí fue el año más difícil de todo los que estuve y se termina acomodando un poco con la llegada de Ismael (Rescalvo). En un momento por ahí era todo Dreer, porque era el capitán, Pedro (Quiñónez) estaba lesionado, Óscar (Bagüí) lo mismo y era todo Dreer.
-¿Cuál era ese rol?
-Mil situaciones. Intentar levantar problemas y solucionarlos. Eso me encantaba porque en la vida me gusta ir para adelante, pero mira cómo termina la situación, termino relegado yo, cuando no lo esperaba y todo el año debía poner la cara y salía Dreer. Se había tornado un poco difícil. Mi familia me decía y qué le pasa al equipo, y les decía que no armo el equipo, juego ahí. Siempre decía que había que ir para adelante y de tanto insistirle a los chicos, con Pedro y Óscar pudimos terminar medianamente bien el año.
– Su salida.
-Nunca lo esperé. Yo me senté con el presidente (Nassib Neme) y habíamos acordado una cosa. Llego a Argentina y un excompañero me dice que tenía mi contrato que era por un año y el sueldo nada que ver, sin posibilidad de negociar. Yo estaba con mucha bronca porque nunca imaginé que me hicieran esto, por último que me lo diga un dirigente y ver cómo resolvemos. Para todo esto, antes de irme de vacaciones estuve casi un mes llamando a la gente del club para firmar el contrato y nadie me respondía. A mi familia se le cayó el mundo abajo. Yo viajé en avioneta para jugar por Emelec, me acuerdo que regresé de Nueva York con la Tri, por decisión mía y el técnico que me necesitaba, corrí un peligro, la misma avioneta que (Emiliano) Sala, ¿me entiendes? Rebobinas todo lo que hiciste y te da mucha tristeza, porque te vas de esta manera y te sentís mal, como si no se te valoró.
– ¿Cuál fue el problema, sueldo o tiempo de contrato?
-Te aseguro que no era económico, ni años. Si me siento faltando un mes para que termine el torneo y arreglo dos años, me bajan el presupuesto y yo acepto. Me dice que me manda mañana el contrato y nunca sucedió. Me di cuenta que me querían echar cuando un excompañero que no tiene nada que ver con el club estaba autorizado a entregarme el contrato. Llamé a mi representante y le dije que me busque otro lugar, porque siento que no me quieren aquí (en Emelec).
– El día del “Soy jugador libre”.
-Dije eso porque habían dicho que estaba en la plantilla del equipo y hasta en eso me perjudicaron. Venía hablando desde junio con el club para renovar, pero no salía a decir que en diciembre terminaba contrato. Dejé estirar todo hasta diciembre para decir que era jugador libre. Cerré todas las puertas. Cuando vi que pasaba el tiempo y no pasaba nada, salí a decir que no era caro. Me parecía justo que alguien del club me diga para hablar o que no iba a continuar. Podían tomar la decisión que quieran, pero no fue por el contrato. Nunca me llamó nadie.
– ¿No ha hablado con Nassib Neme?
-Nunca me llamó y no lo voy a llamar. Yo lo llamé durante cuatro meses. Cuando termina la Libertadores y me llama un club de Argentina, el ayudante de campo me preguntó si me interesaría, dije que no porque me quería quedar en Emelec. Pasaron los meses y marcaba yo y los mensajes no volvían, tuve que parar. Llega un momento en el que hay un poco de dignidad y si no me quieren perfecto, tomo otro rumbo. Los clubes pueden decidirlo y decirte que no te necesitan, pero de frente. Mira cómo se van los chicos que ganaron en el club, a mí no me interesaba la despedida, quería seguir. Más tristeza me daba porque Ismael tiene muchas condiciones para lograr cosas importantes este año.
– Se habló de Barcelona, ¿habría podido vestirse de amarillo?
-Si no tenía otra cosa, es mi trabajo. Obvio era difícil para mi familia, tenía dos o tres opciones, con Barcelona se habló, pero era complicado que se dé.
– Su mejor momento en Emelec.
-El mejor fue con Soso (2018-2019) y me tocó perder. Porque me encontré siendo uno de los más grandes con muchos pibes. Me identificaba con Mariano y su forma de jugar. Era un equipo de jóvenes y yo desde atrás lo moldeaba y me sentía tipo técnico. Nadie creía que podíamos llegar a la final, ya allí pasó lo que tenía que pasar. Liga era un equipo más estructurado.
– ¿El mejor DT que lo dirigió en Emelec?
-Es muy difícil, de verdad imposible. Lo respondo de la mejor manera: todos. Quinteros la forma de trabajar, el preparador físico (Figueroa) una bestia, cómo trabaja y ama lo que hace. De Felippe tengo relación hasta hoy de 10 puntos con él. Luego Arias también de 10. Luego Soso, que su entrenador de arqueros se quedó hasta 2019 en Emelec. A Bolívar Vera le dijimos que lo necesitábamos y que cuente con nosotros. Hay quienes dicen que soy camarillero (trinquero), pero no me conocen para nada.
– Si tendría a Pedro Ortiz aquí en frente, ¿qué le diría?
-Que atajar en Emelec es mucha responsabilidad. Que si tiene la misma exigencia que tenía yo, es muy difícil. No es un arco que juegas bien un partido o un año bien, sino todos los años tienes que hacerlo bien. Es una institución que puede hacer cosas importantes, que pelea campeonatos. Que disfrute porque es una institución con muchas comodidades y también que vaya aprendiendo, porque es otra forma de jugar que Delfín. Acá tiene que ser más protagonista, jugar mucho con los pies y que se prepare que lo puede hacer.
TEXTO TOMADO DE DIARIO EXPRESO