La lesión de Eden Hazard frena en seco la ascensión del belga, que disfrutaba de su mejor momento desde que fichó por el Real Madrid, y le entreabre la puerta a Vinicius, descartado por Zidane en los últimos dos partidos (Real Sociedad y PSG) y en sus horas más bajas. «El año pasado no estaba Hazard…», argumenta Zidane cada vez que se le pregunta por la caída de protagonismo del brasileño. El técnico blanco sólo concibe a Vini partiendo desde la banda izquierda, pues sostiene que es en su banda natural donde puede recuperar confianza y determinación. Por lo tanto, la baja de diez días del belga le da esperanzas al joven de 19 años, que podría regresar al once en los partidos de Liga contra Alavés y Espanyol y en el intrascendente encuentro de Champions ante el Brujas (el Madrid ya está en octavos), donde Zizou tiene marcado hacer una de sus rotaciones masivas. Cuatro días después, los madridistas visitan Mestalla. Aunque el cielo del brasileño no está despejado. Recuperado ya Bale, el entrenador marsellés medita ubicar al galés en la izquierda, su hábitat, y mantener al emergente Rodrygo en la derecha en su 1-4-3-3 (así lo hizo ante el PSG cuando se lesionó Hazard). Otra de las alternativas que maneja es la que llevó a cabo en el inicio ante los de Tuchel: en su afán de recuperar la mejor versión de Isco, un Madrid con cuatro centrocampistas (1-4-4-2). En ese caso, Bale y Benzema formarían pareja de ataque.

Utilizando el término que empleó Zidane para referirse a Mbappé, el entrenador del Real Madrid nunca ha estado enamorado de Vinicius. Los próximos partidos medirán su grado de pasión con el ataante. Ya se percibió la pasada temporada, nada más regresar el marsellés al banquillo, que no le entusiasmaba. El brasileño, que estaba lesionado, recibió el alta médica un 21 de abril, antes de jugar ante el Athletic, pero no le convocó hasta el 5 mayo, contra el Villarreal (no contó con él frente a Getafe y Rayo). Sólo tiró de él 130 minutos contra los castellonenses, la Real y el Betis. Ser actor secundario acabó rompiendo el sueño de Vini de disputar la Copa América. A Zizou no le hubiera importado que el jugador se hubiera marchado cedido en el verano, pero la tajante postura de Florentino, que le considera un jugador estratégico (pagó por él 45 millones de euros), y del propio futbolista, descartó el préstamo.