Por su histórica vinculación al talento francés, Bayern debería pronunciarse con acento agudo. El eterno campeón de Alemania valora la posibilidad de alargar ese tradicional idilio futbolístico con el país vecino, rival en muchas otras cosas, pero afín en cuanto hay un balón de por medio, llevándose a Ousmane Dembélé de Barcelona. Como admitió el entrenador Niko Kovac, ‘Dembouz’ es uno de los candidatos a heredar el vacío que deja en el Arena de Múnich Franck Ribéry, leyenda común del Bayern y de Francia.

Desde que hace casi un cuarto de siglo la Ley Bosman revolucionó el fútbol europeo, Francia ha sido uno de los principales caladeros del gran club de la Bundesliga. Exceptuando lógicamente a Alemania, solamente el país más futbolero del planeta, Brasil, con doce jugadores, y un Estado del mismo ámbito socio-cultural como Austria, con once, relegan en el ránking del Bayern a Francia como abastecedor de futbolistas. De momento, son diez.

Niko Kovac, técnico del Bayern, recogió este martes el guante que lanzó unas horas antes Karl-Heinz Rummenigge, presidente del Consejo Directivo del Bayern, al asegurar que “toda Europa está esperando que haya un fichaje que genere un efecto dominó y, cuando eso ocurra, nosotros estaremos en buena disposición”. Sin metáforas, Kovac puso nombres a ese ‘efecto dominó’. “Si el Barça ficha a Neymar, tendríamos más opciones por Dembélé”, apuntó.

Lucas, Pavard, Coman y Tolisso

De momento, de cara a la temporada 2019-20, ya son cuatro los franceses que se vestirán en el vestuario local del Allianz. El extremo Kingsley Coman, de 23 años, y el medio Corentin Tolisso, de 24, ya formaban parte de la plantilla el pasado curso. A ellos, este mismo verano se han unido a la causa bávara el defensa de 23 años Benjamin Pavard, por quien el Bayern ha pagado 35 millones de euros al Stuttgart, y el zaguero del Atlético Lucas Hernández, también de 23, que es el fichaje más caro de la historia de la Bundesliga con 80 millones.

Ribéry también lo fue en su día, cuando en 2007 el Bayern pagó al Marsella 30 millones de euros que hoy parecen un regalo viendo el legado que deja ‘Scarface’ en Múnich con 36 años : 22 títulos. repartidos en nueve Bundesligas -récord absoluto– cinco DFB Pokal, cinco Supercopas de Alemania, una Champions, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubs. “Champs-Élysées!”, exclamó una vez Rummenigge viendo jugar a Ribéry.

Unos años antes que este grupo, jugaron en el Bayern los dos franceses que menos huella dejaron: Valerien Ismael, de 2005 a 2008, y Alou Diarra, entre 2000 y 2002. Pero es que los tres que inauguraron la saga son palabras mayores. El pionero fue el Balón de Oro en 1991 Jean Pierre Papin, que jugó en Múnich de 1994 a 1996, cuando su carrera ya estaba de bajada. Llegó lesionado desde el Milan y nunca se sintió a gusto. Sin embargo, sus sucesores, teóricamente de perfil más modesto, marcaron una época. El lateral Bixente Lizarazu llegó del Athletic en 1997 y se fue de Múnich en 2006 con seis Bundesligas, la Champions, la Copa, el Mundial y la Copa de la Liga. Otro lateral, Willy Sagnol, aterrizó desdeMónaco en 2000 y permaneció como un jugador importante hasta 2009. Tanto, que fue capitán y conquistó cinco Bundesligas, una Champions,. cuatro Copas y un Mundial de clubs. La nueva ilusión ‘bleu’ del Bayern se llama Dembélé.