La ausencia de Gerard Piqué en el eje de la defensa fue uno de los motivos que explican el evidente bajón que el FC Barcelona sufrió en el Estadio de la Cerámica, donde exhibió una alarmante fragilidad defensiva que propició la reacción del Villarreal y estuvo a punto de costarle la derrota. Ernesto Valverde, técnico blaugrana, siempre ha tenido claro que Piqué es insustituible y eso se refleja en los minutos de competición oficial que acumula en sus piernas el catalán desde que arrancó la presente temporada.

Piqué es indiscutible e insustituible porque es una garantía por su solidez con y sin balón, pero también porque hace mejores a sus compañeros. Quedó muy claro viendo el rendimiento de la pareja Umtiti-Lenglet frente al Villarreal. El segundo estuvo por debajo de su nivel habitual y el primero confirmó que aún no ha puede ofrecer su mejor versión tras superar sus problemas en la rodilla izquierda.

Piqué había protagonizado auténticos recitales en el Santiago Bernabéu o en los dos partidos ante el Olympique de Lyon, por lo que su ausencia –vio el partido sentado en el banquillo junto a Leo Messi– se notó. El arreón final del Barça, con Messi ya en el campo, acabó maquillando el resultado, pero no ocultó que Piqué es uno de los pocos jugadores que a día de hoy resultan insustituibles por su rendimiento y por su peso específico. Es decir, el Barcelona no sólo sufre ‘Messidependencia’. La ‘Piquedependencia’ también es evidente.

SIN DESCANSO

Pero Valverde le dio descanso, consciente de que el central catalán acumula muchos minutos en sus piernas esta temporada. De hecho, desde que se sentó en el banquillo en el partido de vuelva ante el Levante en la Copa el pasado 17 de enero, Piqué había hecho pleno (17 encuentros completos) y sólo se había perdido la Supercopa de Catalunya.

Piqué apenas ha descansado y ya suma 29 partidos de Liga, cuatro de Copa y siete de Champions. Valverde sólo le había reservado en cuatro compromisos de Copa (no jugó ni un minuto en las eliminatorias ante el Levante y la Cultural Leonesa) y en el último partido de la fase de grupos de la Champions ante el Tottenham, con el Barça ya clasificado.