Francisco Silva, zaguero central de Fuerza Amarilla, dialogó con los colegas de FÚTBOL SIN CASSETTE acerca de la primera vez que llegó a Ecuador y todo lo sucedido con Delfín SC en 2016, cuando lo acusaron de ‘venderse’ y cometer una supuesta indisciplina.

«Querían llevarme a Bucaramanga, pero me animaron para que vaya a Ecuador, y fui a Delfín… Se me hizo raro, porque nadie me conoce. Dije, si me quieren, que me envíen los pasajes, y al siguiente día ya estaban», contó el defensor.

«Apenas llegué me recibió un taxista, me llevaron a un hotel, pero decían que era una zona cero. Y yo pedí irme. Pedí seriedad para que me traten bien. Al siguiente día hablé con un dirigente y me prometieron todo aquí. Ya cuando hablé con José Delgado, todo se acomodó mucho más», agregó.

Analizando el 2015, una difícil temporada, indicó: «Los técnicos no tienen la culpa, se pueden cambiar muchas veces, pero si los jugadores no se ponen pilas, pero nada. Los jugadores son los que hacen grandes a los equipos. Soy muy autocrítico. Apenas acaba un juego, hablo con mi papá y mi señora, y analizo todo para aprender más».

Metiéndose en el tema del 2016, antes de la final, manifestó: «Agradezco todo lo que me pasó en el grupo, había un buen equipo. En ese año, casi todos eran nuevos. Se hizo una parrillada y así nos fuimos conociendo todos. Después de cada entrenamiento bromeábamos y nos conocimos más. Comíamos encebollados».

«En el 2017, yo dije que quería que la gente de Manta no se acuerde por el terremoto, sino por Delfín. Lo de Delfín queda para la historia. No estoy para ellos en la historia, pero para mí, Delfín es muy importante en mi carrera. Me dolió cómo terminaron las cosas, hasta me hice un tatuaje, nunca quise que crean que le fui en contra al equipo», comentó.

«Teníamos libre para que vaya la gente, para que vayan nuestras familias. Mi ex-novia llegó al hotel, y todos decían que yo subí alguien, y no; yo sabía dónde estaba pisando, yo sí quería salir campeón con Delfín. Tengo buena relación con el presidente, pero después de lo sucedido ya casi no hablamos», expresó.

«Mete veneno ese tipo de cosas, yo los identifiqué, pero respeto las decisiones. Yo hasta el último fui capitán. Me sentí muy mal. Mis empresarios se querían pelear con el técnico. Cuando salí de la concentración, habían incluso policías, y yo no entendía», prosiguió.

Después, siguió: «Un día antes de la final, Sanguinetti y Bustos me metieron en el camerino y me dijeron, ‘hazte el lesionado’. Dicen que hay videos que yo metía a alguien en el hotel, y dije ‘muéstrame videos’. Y ante la prensa, lo primero que se me ocurrió fue la lesión».

Finalmente, Silva sentenció: «Siempre voy a agradecer a la gente de Emelec, por que sí me apoyaron. Dentro de la cancha hay rivalidad, pero afuera no, y me dieron su apoyo. Con la gente de Barcelona sí me reuní una vez».

Nota de: Víctor Loor Bonilla