Yerry Mina (23-9-1994) está a punto de hacer historia. Cuando aterrice y pase el reconocimiento médico, se convertirá en el primer colombiano de la historia del Barcelona. Hace meses que conocía el dato, uno de los que más le invitaba a cruzar el charco cuando antes. Yerry Mina nació en Guachené, en el departamento de Cauca. Hizo sus primeros pinitos de portero como su tío y agente Jair. Su padre, José Eulises, prefería que jugase en el centro del campo. Pero el primer intento fue fallido. El Deportivo Cali le rechazó en una prueba y acabó en el Deportivo Pasto. De ahí, pasó al Santa Fe de Bogotá. Allí retrasó su posición a central en una visión de su técnico, Gustavo Costas, que dio el salto definitivo a su carrera.

Mina, que llevará el dorsal 24, se define como un tipo familiar que cuando viajó a Sao Paulo para fichar por el Palmeiras, club al que costó 3,3 millones de euros, se llevó en la mochila a sus padres y su hermano. Amante de la música, especialmente de la sala choke y el dougie, se llevó uno de los palos de su corta carrera a principios de julio de 2016. Convocado para los Juegos de Río, se lesionó en el muslo izquierdo en un partido de rivalidad ante el Santos en el que había hecho el gol de Palmeiras. Pese a ese golpe, en Sao Paulo cayó de pie. Hizo amistad con Gabriel Jesús, hoy en el Manchester City, y hasta amplió sus gustos musicales al funk (Bumbún Granada de MCs Zaac & Jerry fue canción de referencia en el vestuario del Palmeiras). Mina también podrá retar a Messi…, virtualmente. Es un amante de la play-station.

Entre sus referentes futbolísticos están Piqué, Sergio Ramos y Thiago Silva. También Yaya Touré, tal vez por reminiscencias de sus inicios como mediocentro. Poderoso en el juego aéreo, con preferencia por sacar el balón jugado, es excesivo en alguna entrada y no se corta. Ni siquiera con los cracks que, él mismo lo sabía, podían ser sus compañeros. En un Colomba-Uruguay se las tuvo tiesas con Luis Suárez, con el que ahora compartirá vestuario. Desde hoy, Colombia mira a Barcelona.