Uno de los diarios deportivos más prestigiosos a nivel mundial, DIARIO AS, hizo eco de lo ocurrido ayer en Club Deportivo El Nacional, que el futbolista Rinson López falsificó documentos para jugar como ecuatoriano en la institución; el tipo resultó ser colombiano.

Y esto no para aquí, hay mas casos de falsificación en la Fiscalía; poco a poco se irán descubriendo los detalles. En España alegan que las mentiras de este jugador acabaron con una tradición de 53 años…

¡Dejamos la nota de AS a su disposición!

La historia de El Nacional es la de un histórico del fútbol ecuatoriano. Aunque se fundó en 1960 como Club Mariscal Sucre, su inscripción oficial se realizó cuatro años después, con el nombre de Club Deportivo El Nacional. Su política desde el inicio fue clara: en su plantilla solo podían jugar futbolistas nacidos en Ecuador.

Después de 53 años de récord, Rinson López ha roto la marca de forma inesperada. López llegó al equipo de Quito en febrero de 2016. Ha jugado en numerosos clubes ecuatorianos y es conocido en todo el país. Sin embargo, escondía un secreto que ha hecho oficial y ha puesto patas arriba el fútbol nacional. Aunque en su ficha como futbolista profesional, que data del año 2009, pone que es ecuatoriano, el propio jugador ha reconocido haber falsificado los papeles para adquirir la nacionalidad, y que es, en realidad, colombiano.

Esto ha caído como un jarro de agua fría tanto para la directiva de El Nacional como para sus aficionados. Tito Manjarrez, presidente de la entidad, ha anunciado el despido inmediato de López. «Rinson es una gran persona, un excelente profesional, pero cometió este error y quedó fuera del equipo», aseguró. Además, la Federación Ecuatoriana de Fútbol le ha sancionado con 6 meses de suspensión.

Rinson se mostró muy arrepentido, pidió disculpas a todo Ecuador y aseguró que «algunas personas le ayudaron de la forma incorrecta cuando llegó al país». La sanción solo se aplica al campeonato ecuatoriano, por lo que López espera oportunidades en otros equipos de Sudamérica: «Ya no tengo nadie que me ayude a solucionar mis documentos acá. Seguiré entrenando solo, esperando una oportunidad».

Nota de: Víctor Loor Bonilla