Mucho se ha hablado del gol de Roberto Carlos en el amistoso ante la selección francesa en 1997. Y, ¿ quién no lo ha visto alguna vez? La prensa brasileña lo definió como el ‘el gol que desafió a la física’ por la trayectoria que tomó la pelota antes de entrar en la portería rival. Y es que el balón cogió un tremendo efecto que libró la barrera y se coló en la meta rival ante la estupefacción de Barthez, guardameta francés, que todavía hoy no debe dar crédito.
20 años después del que muchos bautizaron también como ‘el mejor tiro libre de la historia’, el lateral brasileño ha recordado su celebérrimo golazo y ha desvelado un detalle que puede significar un chasco para todos aquellos que alucinaron con la parábola del exmadridista. Roberto Carlos ha confesado que el brutal efecto no fue debido a su habilidad para golpear el balón sino a un factor externo: el viento.
“La pelota iba completamente desviada pero el viento rectificó su trayectoria hasta la portería. Fue un milagro”, ha admitido el lateral en una entrevista para el diario francés ‘L’Equipe’. Misterio resuelto.