El Manchester City se enfrentó ayer al Wolverhampton en la Carabao Cup, hasta entonces conocida como EFL Cup. El equipo citizen no fue capaz de marcar durante el tiempo reglamentario, al igual que los Wolves y se fueron a la prórroga. Allí nadie logró anotar.

Finalmente, fue la tanda de penaltis la que decidió el encuentro a su favor, con una magnífica actuación de Claudio Bravo. De Bruyne, Touré, Sané y Agüero convirtieron sus penaltis, mientras que de los rivales sólo marcó Bonatini, fallando sus lanzamientos N’Diaye y Coady.

Pero para el entrenador del Manchester City, su falta de puntería de cara a puerta tenía un único culpable: el balón. Al parecer, la pelota de la marca Mitre que se utilizó era demasiado ligera y muy difícil de controlar y así lo hizo saber en rueda de prensa: «Lo siento por la Carabao Cup pero no es un balón serio para una competición seria. Es inaceptable».

Cree que el partido podría haber sido otro y que una de sus estrellas, concretamente el argentino Sergio Agüero, podría haber convertido alguna de las ocasiones que tuvo: «Quizás, si hubiéramos tenido una pelota diferente, Agüero hubiera marcado. Hubiera sido un milagro marcar. Era casi imposible».

Guardiola esperó al final del encuentro para justificarse y que no pareciera una excusa en caso de que no se hubieran llevado el triunfo a casa: «Es demasiado ligero. Se mueve hacia todos lados. No es una buena pelota. Es imposible marcar con un balón como este y lo digo ahora que hemos ganado, no pongo excusas».

El técnico español confesó que la plantilla no estaba contenta con el balón desde el primer momento y reconoció que aunque se trata de un negocio, no se puede permitir el uso de unos balones así en el fútbol profesional: «Es marketing, dinero… vale. Pero no es aceptable. No pesa nada. Tuvimos que entrenar con ella un día o dos, pero la pelota es mala para un año o dos. Todos los jugadores se quejaron. Decían: ‘¿Qué es esto?'».