En plantilla siguen siendo casi los mismos, el desarrollo de los partidos sigue siendo casi lo que veíamos en el 2016.

Sin embargo la gran diferencia entre el BSC campeón del año pasado y este ha sido la poca efectividad al momento de definir el montón de situaciones que genera.

El primer gran ejemplo de eso fue cuando en el partido decisivo contra el Delfín en Guayaquil, falló tanto que le dio vida a su rival para que pueda ganarle el partido y con eso la etapa.

El último gran ejemplo fue el partido que pudo ganar el viernes pasado contra la Universidad Católica pero terminó caminando con la cabeza gacha y lamentando resignar 3 puntos que pueden pesar mucho al final.

En el horizonte, el conjunto que dirige Guillermo Almada tiene una oportunidad histórica de revertir esto, la vuelta de los octavos de final en la Copa Libertadores ante Palmeiras donde tienen que defender una ventaja mínima (1-0) conseguida en Guayaquil.

En los últimos 10 partidos de BSC se ha visto un bajón muy marcado. Aquí los números:

  • PJ: 10
  • PG: 4
  • PE: 1
  • PP: 5
  • Goles a Favor: 9
  • Goles en Contra: 9
  • Eficiencia: 43%