La crisis del Golfo comenzó el lunes cuando los gobiernos de Arabia Saudita, EAU, Baréin y Egipto cortaron relaciones diplomáticas con Qatar, alegando que Doha financia grupos terroristas, y también han impuesto un bloqueo terrestre, naval y aéreo sobre el emirato.

Desde entonces, la FIFA ha sido cautelosa con respecto a su posición, teniendo en cuenta que Qatar será sede del Mundial 2022. Este domingo Gianni Infantino, presidente del máximo organismo del fútbol mundial, rompió el silencio en diálogo con el periódico francés Le Matin Dimanche.

El dirigente suizo reconoció que existe «una crisis diplomática», pero negó que la Copa del Mundo corra riesgos, aunque aseguró que el ente rector del fútbol mundial debe «permanecer atenta a lo que ocurre».

«Si la FIFA puede hacer algo para ayudar de alguna manera ofreceremos por supuesto nuestra ayuda», sostuvo Infantino al tiempo que remarcó que «el papel esencial de la FIFA es ocuparse del fútbol y no inmiscuirse en la geopolítica».

La semana pasada, la Casa Madre del fútbol había emitido un comunicado en el que había negado las versiones que mencionaban la posibilidad de suspender el mundial, aunque no se había explayado en el asunto.

Con estas declaraciones, Infantino no descartó esa posibilidad, aunque remarcó que el diálogo con las máximas autoridades de Qatar sigue vigente y eso es vital.