Andorra vuelve a hablar de fútbol. Explotó con una histórica victoria sobre Hungría que significó la primera en partido oficial desde el 13 de octubre de 2004, cuando camino al Mundial de Alemania derrotó a Macedonia por el mismo 1-0 frente a los magiares.

¿La diferencia? El fútbol andorrano, que entonces había iniciado su declive, pelea hoy por renacer y si aquel triunfo fue celebrado por sorprendente, éste se celebra por, casi, milagroso. «Lo merecíamos. Hemos peleado y luchado contra todo. Solo nosotros sabemos lo que nos ha costado» proclamó Ildefons Lima, capitán, líder y alma del equipo pirenaico que vivió una jornada «muy emotiva».

«Era un partido especial porque era el primero desde la muerte de Emili Vicente» recordó Lima, quien aseveró que había compañeros especialmente unidos al entrenador fallecido «como Koldo, Eloy o Juli que habían trabajado con él y estaban muy tocados, aunque todos le conocíamos y apreciábamos». De ahí la imagen íntima y grupal, al acabar el partido, con todos señalando con sus dedos hacia el cielo.

«Nos echó una mano desde allí arriba, seguro. A él le dedicamos especialmente la victoria» solventó el capitán, uniendo esa sensación a otras muchas que provocaron una noche «inolvidable». «Igualé el record de 106 partidos de Sonejee con la selección y se retiraba Ayala después de 85… Todos estábamos muy implicados en el partido y nos salió redondo».

Centró Jesús Rubio desde la derecha… y escorado, casi sin ángulo, remató de cabeza Marc Rebés. Un gol a lo Bakero en Kaiserslautern que provocó «una mezcla de sensaciones. No llevábamos ni media hora de partido, quedaba un mundo y teníamos que mantener la intensidad y cabeza fría».

Después… «pelear, sufrir y correr más si cabe. No pasamos más nervios que en cualquier otro partido porque sabemos qué somos y cómo tenemos que jugar». Y al final, el éxtasis. «Sí, fue una explosión de felicidad. Lloramos, joder, pues claro, porque era histórico y estas cosas las disfrutas especialmente cuando eres un equipo como el nuestro, acostumbrado a perder».

Acostumbrado a perder pero que, recalcó Lima, «aún ni hemos perdido ni encajado ningún gol este año» con una sonrisa socarrona y recordando que al empate «que mereció ser victoria» frente a Islas Feroe siguió el triunfo en el amistoso contra San Marino. «Estamos en la mejor racha de la historia… Hay que seguir con ella» afirmó en su tono jovial… admitiendo la utopía que supone pensando que en agosto deberán visitar a Suiza.

«A ver… ¡Es que tenemos que disfrutarlo! Hungría es la 33 en la clasificación FIFA, tuteó a Portugal en la Eurocopa y nosotros somos otra cosa» explicó el capitán pirenaico… Para quien el triunfo tuvo, también, un sabor especial en el plano personal. «Es mi primera victoria en partido oficial con la selección… Después de 106 partidos en veinte años, imagínate».

El 13 de octubre de 2004 Andorra venció a Macedonia. Y Lima no disputó aquel partido en el viejo Comunal porque en el anterior, un mes antes y en el mismo escenario, un árbitro alemán llamado Knut Kircher le expulsó en el choque frente a Rumanía. «Estaba sancionado, sí. Recuerdo cómo celebramos aquella victoria contra Macedonia y también recuerdo que nunca pensé que costaría tanto conseguir otra» admitió este sábado.

«Seguiremos» solventó en primera persona para dar cuenta de su intención de continuar «al pie del cañón mientras me sienta con fuerzas». Con 37 años cumplidos y una carrera que ha merecido elogios de todas clases, Lima mantiene en el recuerdo su tercer partido «en París y contra Brasil, antes del Mundial de 1998, en que de pronto me vi jugando contra Ronaldo y Rivaldo. Fue como un sueño hecho realidad».

Un sueño que mantiene y una ilusión que renueva partido a partido. «No olvidaremos esta victoria por todo lo que ha significado y la rodeó… Pero seguiremos luchando». Palabra de Ildefons Lima.