El fútbol chino está revolucionando el mercado del fútbol en los últimos coletazos del año 2016 y amenaza con seguir saltando la banca en enero de 2017. Al de Oscar, fichado del Chelsea por 61 millones de euros por parte del Shanghai SIPG con un salario de 24 millones de euros, se unió la pasada madrugada el traspaso de Carlos Tévez al Shanghai Shenhua, que paga 12 ‘kilos’ a Boca Juniors y abonará al ‘Apache’ la mayor ficha de la historia del fútbol mundial: 40 millones de euros anuales.
Los millones chinos también han llamado a la puerta de la plantilla del Barça. Como ya ha venido informando MD en los últimos días, Arda Turan es ahora el gran objetivo de la emergente Liga asiática. El Beijing Guoan y el Guangzhou Evergrande, con Luiz Felipe Scolari como entrenador, le han hecho saber su interés en hacerse con sus servicios con ofertas que multiplican varias veces su sueldo en el Barça pero a día de hoy no parece que Arda vaya a abandonar la disciplina del club azulgrana. Para empezar, al Camp Nou no ha llegado ninguna oferta concreta de ningún club chino pese a que ciertos estamentos del club verían con buenos ojos su marcha para poder amortizar lo que queda de los 34 millones (más 7 variables) pagados en 2015 al Atlético de Madrid o incluso sacar algún beneficio a la vista de lo que está pagando el fútbol chino.
Ahora bien, más importante que la ausencia de una oferta formal al Barça es el deseo de Arda de triunfar de azulgrana a las órdenes de Luis Enrique, quien pidió expresamente su fichaje en periodo electoral en plena sanción de la FIFA y quien tampoco quiere desprenderse del turco. Arda está respondiendo esta temporada como cuarto hombre de la delantera supliendo a Neymar con unos números mejores que los del brasileño a nivel goleador. Lleva 11 tantos oficiales por seis del quinto clasificado en la última votación del Balón de Oro. En el Barça saben que, a día de hoy, Turan está muy a gusto y que no tiene intención de moverse. Con ‘feeling’ con los pesos pesados del vestuario, sueña con ganar de azulgrana su primera Champions League, algo que no pudo hacer con el Atlético de Madrid en 2014, cuando los colchoneros perdieron la final en Lisboa ante el Real Madrid.