Sería mejor que aprendieran a jugar al fútbol, pero no, creen que matando una oveja van a empezar a ganar. Así es el tema con el seleccionado de Irak, que perdió los tres partidos que jugó en la clasificación asiática para el Mundial de Rusia 2018, y para cortar con la mara racha se tomó una drástica decisión: el sacrificio de una oveja.

Según el canal Al Kass Televisión, de Qatar, algunos jugadores del seleccionado iraquí promovieron el ritual para alejar la mala suerte y atraer los triunfos de cara a sus próximos enfrentamientos. Incluso, hay una foto del momento en que se realizó el sacrificio de una oveja antes del entrenamiento del domingo.

Hasta ahora Irak ha perdido en sus tres enfrentamientos de clasificación: Australia (0-2), Arabia Saudita (1-2) y Japón (1-2). Están casi afuera del próximo Mundial y recurrieron a la «magia negra» o algún tipo de creencia.

Irak debe jugar ahora un partido frente a la selección de Tailandia, el otro equipo que aún no ha conseguido sumar su primer punto en la eliminatoria. La sangre derramada de la oveja es el gran plan táctico y estratégico para ganar.

Sería mejor que se entrenen un poquito más, la metan en el arco contrario y traten de marcar a los rivales. Y sobre todo dejar tranquilas a las ovejas, que nada tienen que ver con lo mal que juegan al fútbol.