De candidato a descender, ahora es uno de los opcionados para ganar la segunda etapa del campeonato y definir el título frente el Ídolo del Astillero.

Luego de una pésima campaña en la primera etapa, en la que terminó último, Mushuc Runa tuvo una recuperación espectacular y se encuentra a un punto del líder Barcelona.

En Tungurahua, incluso quienes no son entendidos en el fútbol hablan del buen momento que pasa el ‘Ponchito’.

Hinchas que antes seguían a los equipos tradicionales de Ambato –Macará y Técnico Universitario– hoy están con el corazón dividido. “Soy del Técnico Universitario pero ahora, con esta buena campaña, vale la pena seguir al ‘Ponchito’, comentó el taxista Juan Miguel Mariño.

Alfonso Chango, presidente vitalicio del cuadro ambateño, es uno de los más felices. “Nuestra meta es jugar la final. Si ya hemos goleado de a tres a Liga de Quito y a Emelec, pues que se prepare Barcelona para la final”.

En su discurso ya no tiene cabida la frase: “castigo con agua y ortiga”. Ahora habla de incentivos para los jugadores. “Pero eso sí, no podemos premiar más allá de nuestro presupuesto o de la taquilla que ingrese. Los premios se dan, siempre y cuando, demuestren entrega y buenos resultados”, dijo a EXPRESO el dirigente de raíces indígenas.

Chango cuenta que, al inicio, confió en el trabajo con técnicos nacionales. Por eso empezó la temporada con el guayaquileño Humberto Pizarro. Reconoce que fracasó en ese intento.

Luego contrató al exjugador mundialista argentino Néstor Clausen. Tampoco funcionó. Aun así, la dirigencia insistió en la línea argentina con Víctor Hugo Andrada. Su trabajo era seguido desde hace dos años. Él aceptó el reto porque “aún había esa posibilidad de salvarlo”. Pero renunció tras perder los dos primeros juegos.

“Hablé con él y le pedí que probemos cuatro partidos más porque no quería que Mushuc Runa sea pasarela de técnicos. Ha funcionado”, dice Chango.

El estratega contó a este Diario que, de entrada, dejó claro a los jugadores que no venía con el látigo para convencerlos de que debían tomar el camino correcto, sino con la palabra. Les advirtió que, si alguien no quería comprometerse con el equipo, debía dar un paso al costado.

Según él, todos entendieron el mensaje y, ahora, hay una competencia sana entre ellos. “Tengo un equipo numeroso de 30 jugadores y todos se esfuerzan y eso me deja tranquilo. Cuando me falta el titular sé que el suplente me va a rendir igual”, sostuvo. Tanto Chango como Andrada están conscientes de que el primer objetivo es salvar la categoría. El ‘Ponchito’ está, por ahora, fuera del descenso. Sin embargo, no deja de soñar con ganar la etapa y ser finalistas.