Salvador Cabañas está en España. El Mariscal ha decidido saltar el charco seis años y ocho meses después de sufrir un disparo en la cabeza realizado por un delincuente. Cabañas ya no es el ídolo de masas que era en el América de México en el momento en que sufrió el atentado. Ahora es una persona que lucha por continuar ligado al fútbol, del cual se fue por un accidente que podría haberse evitado.

El Chava aterrizó en España con el fin de que la comunidad guaraní lo pueda homenajear con distintos actos en Málaga , Madrid y Barcelona. Los actos que se harán en la capital tendrán lugar en el Polideportivo Virgen de la Torre, situado en Villa de Vallecas. La historia de la nueva vida de Cabañas comienza la madrugada del 25 de enero de 2010. En ese mismo momento comenzó a apagarse la carrera deportiva de un ariete que, con 30 años, era deseado por sir Alex Ferguson.

Una discusión en los servicios de un bar con un desconocido, que resultó ser un narcotraficante, terminó con un disparo en la cabeza de la entonces estrella del América de México. Cabañas no rehuye hablar de ello. «Aquel accidente ya es pasado para mí, ahora disfruto de esta nueva vida junto a mi familia. Ahora espero ser un buen técnico, como lo era como jugador. De aquel momento recuerdo a muchas personas que me dieron la espalda cuando sufrí el accidente. Yo traté de buscarlos, aunque decidí dejar de hablar con ellos», explica con una entereza envidiable.

El paraguayo tiene claro que en la vida hay que saber superar las adversidades que se le presentan a uno, algunas tan duras como las que él ha tenido que vivir en el pasado: «Siempre dije que si veo de nuevo al señor que me disparó le abrazaría sin ningún problema. Yo le perdoné por lo que me hizo. Lo que aún no me explico es que hacía yo, un futbolista profesional, en esa discoteca a las 5 de la madrugada. Hay que tener en cuenta eso. Me arrepiento de haber estado ahí en ese momento». El Mariscal ahonda aún más sobre el momento en el que cambió su vida: «Cuando pienso en el accidente, lo primero que se me viene a la cabeza es por qué no volví a jugar, por qué no me recuperé bien. Fue una lástima lo que me sucedió, pero son cosas que pasan. Por eso ahora recomiendo a los jóvenes que tienen que cuidarse porque siempre hay maldad y que traten de estar siempre con la familia».

Antes de aquel episodio, el ariete era pretendido por el Manchester United, pero el América lo convenció de que siguiera jugando con la camiseta azulcrema hasta después del Mundial 2010. Dos pisos en la playa mexicana y su ficha acrecentada le hicieron continuar en las Águilas.

«Aún trato de ayudar a todas las personas porque esa es mi misión ahora en la tierra. Por eso sigo vivo, porque con lo que me pasó nadie continúa con vida. Me han robado casi todo mi patrimonio -lo está recuperando gracias a la Justicia-, incluso, volaron hasta las camisetas que tenía de recuerdo», explica sin levantar la voz. Aunque Cabañas no lo menciona, su exrepresentante, José María Rodríguez, estuvo en prisión acusado de quitarle 2 millones de euros.

La situación económica por la que estaba pasando Cabañas le llevó a unas personas a pedirle que posara junto a la panadería de sus padres. Esas fotos, en contra de su voluntad, fueron publicadas y saltaron las alarmas de que estaba repartiendo pan para sobrevivir: «Eso fue una gran mentira. No es verdad que yo trabajara allí y fui engañado tras posar para esas imágenes». Cabañas ahora se dedica a enseñar fútbol a los chicos: «Estoy contento y apoyando a todos los jóvenes que quieran jugar a la pelota -dirige el Complejo Cabañas, su escuela de fútbol- «. Que la vida te sonría siempre, Mariscal.