Después que terminara el partido entre Barcelona y El Nacional, en el que los ‘toreros golearon tres a cero (3-0) y ganaron la primera etapa del campeonato ecuatoriano 2016), los jugadores que estaban en el banco de suplentes vivieron un carnaval, puesto que agarraron las botellas de agua y bañaron a Guillermo Almada.

El entrenador del ‘Ídolo del Ecuador’ salió corriendo y rió a carcajadas. Después de ese momento, el uruguayo continuó festejando junto a su equipo el logro obtenido: ser finalista del torneo nacional y clasificar a la Copa Libertadores 2017.

Nota de: Víctor Loor Bonilla