Luis Suárez, el delantero uruguayo del FC Barcelona, ha tenido que abandonar el terreno de juego en el minuto 56 de la final de la Copa del Rey tras sufrir una lesión muscular al intentar controlar un balón.

El charrúa ha sido sustituído por Rafinha y se ha dirigido al banquillo cojeando ostensiblemente. Una vez allí, Suárez no ha podido evitar ponerse a llorar, tanto por la lesión como por el hecho de no poder ayudar a sus compañeros en una final de la Copa del Rey que se ha complicado desde la expulsión de Mascherano.