El debate periodístico está abierto. Alimentado por las últimas declaraciones de Ter Stegen y por las informaciones interesadas del mercado que intoxica a los medios para subir la cotización de los futbolista, el futuro del portero alemán se ha puesto en cuestión. Lo último al respecto, una noticia publicada en The Daily Telegraph en la que se da por hecho su traspaso al Manchester City por la ridícula cifra de 25 millones de euros.

Ridícula porque hasta 2019 y una cláusula de 80 millones, esa cantidad publicada en Inglaterra no se corresponde con la lógica… a menos que haya algo que no sabemos. Y ante la duda, había que preguntar. La respuesta del Barça, literal, es que no hace ni caso a ninguna de las noticias que vienen apareciendo sobre el interés que tenga, o puedan tener, clubs como el City de Pep Guardiola, el Liverpool de Jürgen Klopp o cualquier otro que pueda aparecer en el escenario periodístico. Conceptualmente, Ter Stegen (23) es intransferible. Una apuesta del club para que sea el portero del primer equipo muchos más años de los que ya tiene firmados. Para entendernos, para que sea el titular del Barça que estrene el Nuevo Camp Nou.

Por otra parte y con respecto a la entrevista que Marc André concedió la semana pasada, el Barcelona asume como natural que Ter Stegen – que lleva dos temporadas siendo suplente y que aspira a jugar más partidos que Bravo – quiera conocer los planes que le tienen reservados. Y si se hace falta, se le volverán a decir. No serán muy distintos, acaso idénticos, a los que le explicaron el día que se tomó la decisión de ficharle. Cuentan con él para hoy, para mañana y para siempre como pieza clave para un puesto clave. Es un especialista con las características de un portero sobresaliente y el talento específico para ser, como muchas veces hace falta ser, el origen del juego de construcción del Barça.

Resumiendo, que los técnicos no tienen la más mínima duda sobre qué sucederá en verano. Ter Stegen se quedará aquí por más ofertas que lleguen. No está ni estará en el mercado. A ningún precio… si, como dice, lo que él quiere es ser el portero que marque una época en el Barcelona. Ese tren está llegando a la estación y el último paso lo debe dar él. Subirse o dejarlo pasar. En ese caso, el billete vale 80 millones. O más, que es lo único que no nos ha quedado claro en la conversación.