El sorteo para definir los emparejamientos de cuartos de final de la Champions League 2015/2016 se celebrará este viernes. Hasta entonces, todos los equipos tienen sus fobias y sus filias. Aunque la mayoría evite pronunciarse públicamente.

El técnico del Barça, Luis Enrique Martínez, por ejemplo, decía después de eliminar al Arsenal que estaría tranquilo mientras no le tocara como rival el Barça. Curiosamente, en eso coincide con Pep Guardiola puesto que el de Santpedor no quiere cruzarse ni con su exequipo ni con el que entrenará a partir de la próxima temporada.

El Bayern de Guardiola se clasificó para cuartos de manera agónica tras deshacerse con apuros de la Juventus en la prórroga. Después del partido, al técnico le preguntaron sobre sus preferencias en el sorteo de este viernes. «Para ganar la Champions tenemos que ganar a los mejores», se limitó a decir recurriendo a un argumento que ya utilizaba en su etapa como entrenador del Barça.

Sin embargo, en sus círculos más íntimos, el mensaje del técnico es distinto. Guardiola lo tiene claro. No quiere ni al FC Barcelona ni al Manchester City.

Los motivos son obvios. En el caso del Barça imperan las cuestiones deportivas. Lo considera el rival más fuerte, es el vigente campeón, su tridente es la delantera más temida y peligrosa de Europa… le sobran los argumentos deportivos para no querer cruzárselo a doble partido o a corto plazo.

En el caso del City se trata de una cuestión extradeportiva. Hace semanas el City anunció a bombo y platillo que Pep Guardiola será su nuevo entrenador a partir de la próxima temporada. La noticia ha conllevado más de un dolor de cabeza al técnico en el Bayern, puesto que desde entonces su equipo es examinado con lupa.

Enfrentarse a su próximo equipo centraría demasiado la atención en el técnico y más de uno no tardaría en hacer una doble lectura en caso de perder la eliminatoria.