En el fútbol ecuatoriano estamos viviendo una crisis, varios clubes tienen serios problemas para afrontar su situación económica y se ven sancionados cada cierto tiempo. Es el caso de clubes como Barcelona quienes por no pagar a sus jugadores se ven inmersos en este problema y ellos al ver que no hay una pronta solución a sus urgencias anunciaron una paralización.

Las reacciones no se hicieron esperar, muchos condenaron el hecho, en especial directivos aún en funciones que me hicieron recordar como aquel feudal de siglos anteriores trataba al esclavo. Yo tengo claro que si no cumplo con mi trabajo en una empresa tienen la opción de despedirme pero no de dejarme de pagar según lo acordado. Eso también se puede aplicar en un equipo de fútbol, los malos resultados no solo los fabrican los jugadores en la cancha.

Para mí concepto es un pensamiento injusto ya que en estos momentos nadie se pregunta ¿y si el DT no está alineando de la mejor forma de acuerdo al grupo que cuenta? ¿Tienen las comodidades necesarias para entrenar? En una sociedad de leyes donde existe el derecho laboral, no se puede exigir compromiso o «amor a la camiseta» cuando no tienes el respaldo de un directivo.

Este mundo se rige por el mercado y esa parafernalia del «amor por la camiseta» tal cual ya no existe, actualmente son pocos los casos que se pueden rescatar. No se debe confundir eso con el compromiso con la institución que no difiere de cuando uno es contratado para cierta empresa. Debes de cumplir un gran trabajo para tus propias ganancias, no por ‘amor’ al lugar en donde laboras.

Es una reacción natural el hecho que aparezcan las dudas cuando esa empresa empieza a incumplir los salarios, todos tenemos familia que dependen de esos montos. La cabeza empieza a descentrarse de manera inconsciente y eso perturba la concentración por más profesional que uno sea ¿o me equivoco?

No estoy en defensa del jugador, solo quiero dejar en claro que la relación club-jugador no es más que algo mercantil. El tema de los salarios los pone el club, si el equipo ve que en plena negociación se alza el valor de un futbolista y si valora que está en un buen rendimiento para ser parte de la institución está en todo su libre albedrío de contratarlo. El jugador no es que le pone una pistola en la cabeza al directivo y decirle «quiero ganar tanto». Las malas contrataciones, sueldos astronómicos y posteriores demandas son responsabilidades de los dirigentes

Al final les dejo esta pregunta sea de la profesión que sea usted ¿Trabajaría igual en su empresa si no les pagan por tres meses?

Por: Juan José Palacios (@jjpalaciosc).