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Durante un partido (categoría niños), uno de los infantes ‘se mandó’ un gol de tiro libre, todo el equipo festejó en un rincón del terreno de juego; rápidamente, el rival se aprovechó del descuido y empató. El árbitro permitió que el equipo vuelva a tomar ventaja; al saque, uno de los niños corrió y llegó al área visitante y, solo frente al arco, erró.
Tras aquella acción, El ‘pequeño’ se puso furioso, se sacó la camiseta y corrió a la zona técnica, donde pateó una botella. Luego, éste sintió impotencia y, cuando entrenadores, compañeros y árbitro lo animaban, rompió en llanto. Finalmente, el juego continuó y el infante siguió jugando en la cancha.
Nota de: Víctor Loor Bonilla