Falta muy poco para arrancar una nueva edición del Campeonato Nacional de Fútbol y el hincha vuelve a ilusionarse con disfrutar cada domingo de las jugadas y goles de su equipo.
Para el hincha lo deportivo es lo más (y quizás lo único) importante. Es normal que la pasión y el deseo por alcanzar la gloria afloren de manera natural en cada partido. Al aficionado no podemos pedirle que no sea resultadista, eso simplemente está en contra de la naturaleza del hincha del fútbol. Y al final de cuentas, así siempre debe ser. Es la esencia misma de preferir un escudo por sobre otro.
Ahora viremos esa página y vamos a ver a los protagonistas. Cada equipo se ha esforzado en reforzar sus plantillas. Aquí la billetera juega su partido aparte, la posición económica de nuestros clubes no es la misma para todos. Algunos pueden contratar más y mejor; otros deben arroparse hasta donde les da la sábana. Algunos contratan jugadores para todas las posiciones, otros van y buscan casa adentro a ver qué tienen; unos buscan aquí y otros buscan afuera. Esto no pasa sólo en nuestro país, esto sucede en todos los campeonatos profesionales de fútbol del mundo.
El fútbol no es exacto ni absoluto. Hay aquellos que creen en los procesos, en mantener las bases y los cimientos. Hay otros que no han tenido proceso o lo interrumpen año a año. Hay aquellos a quienes la presión los supera y prefieren arriesgar la billetera, antes de ceñirse a un presupuesto y un ciclo planificado. Hay los que miran a largo plazo y los que se conforman con el corto plazo, en definitiva, tenemos de todo.
“Para gustos los colores”, y así llegamos a los directores técnicos. Variedad no nos falta. Los tenemos con diversos estilos de juego, los ofensivos y los defensivos. Los que cuidan resultados y los que buscan el arco contrario hasta el final. A los que les gusta salir en cámara, y a los que prefieren esconderse. Los que aceptan errores y los que responsabilizan al rival. Los optimistas y los críticos. Los que gritan y gesticulan, los que mascan chicle y los que se quedan sentados. Y cuando de tiempo se trata, nada está dicho. Están los que duran tres fechas, los que duran una etapa, y los que se quedan el tiempo de su contrato (que seguro serán pocos).
Y los hombres de negro, que para ser sinceros hoy usan todos los colores menos el negro. Los árbitros que han aprendido que lo mejor es pasar desapercibido, pero les cuesta tanto cumplir esa tarea. Muchas veces adquieren más protagonismo que los mismos jugadores. Se han hecho expertos defensores de sus derechos y esclavos de sus exigencias. Y siendo justos no podemos dejar de reconocer que si hay algunos que honran su profesión y su reglamento. Seguramente tendremos más de lo mismo.
Y para terminar, los dirigentes. El por qué y el cómo llegaron donde están es otro tema de análisis. Lo que vivimos y nos espera este año son las consecuencias. Para el 2015 tienen un reto: ser directivos serios y responsables; verdaderos gestores financieros y administrativos. Esto acompañado de decisiones honestas, que midan sus consecuencias, que se planifique antes de actuar, y que cuando se actúe se lo haga con la responsabilidad respectiva.
Bienvenido Campeonato Nacional 2015… ¿será que nos sorprendes?
Por: Ab. Sylvia Meneses Echeverría
Máster Internacional en Gestión y Marketing Deportivo
Twitter: @pilumeneses