El Inter, siendo una sombra de lo que era antes, recibía a la Sampdoria en el Giuseppe Meazza. El conjunto dirigido por Walter Mazzarri continúa en decadencia futbolística en un afán por luchar para entrar en la Europa League. El equipo de Génova, en mucha mejor forma en este inicio de temporada, se lo puso muy difícil y les plantó cara en su propia casa.

Sin embargo, más allá de la posición en la clasificación, el partido no pasará a la historia de este deporte. Ni la primera mitad ni la segunda tuvieron excesiva emoción. Los errores en ataque y aciertos en defensa hicieron que pocos balones llegase a ambas porterías. Hubo que esperar hasta el minuto 46′ para que un disparo de Duncan casi pusiera por delante a los visitantes, pero golpeó en el travesaño. En la segunda parte el guión y el papel de ambos equipos era el mismo.

La imprecisión y el aburrimiento fueron los protagonistas de la noche. El Inter tuvo varias ocasiones para ponerse por delante, pero sus disparos a puerta siempre eran despejados o no llegaban a poner la puntilla para marcar. Ambos equipos continuaban su continuo «campo a campo» sin poner ganas en abrir el marcador. Fue en el 43′ cuando un penalti de Romagnoli sobre Kuzmanovic puso por delante a los locales. Icardi fue el encargado de materializarlo.