El delantero argentino Ismael Blanco ya se siente como en casa en la ciudad de Guayaquil, su gran presente con el Barcelona SC ha hecho que se gane el cariño de los hinchas amarillos en tan corto tiempo.
En una entrevista con Diario El Comercio, Blanco dijo estar muy cómodo en el club y dio algunos detalles de su vida personal. A continuación el diálogo con el citado medio:
¿Cómo se enteró de que el apelativo ‘Zorro’, tiene una singular connotación en Ecuador?
Fue apenas llegué a Barcelona. Cuando terminé uno de mis primeros entrenamientos acá, un hincha se acercó a pedir una foto; mientras tanto me explicaba que aquí, ese apodo se les dice a las personas que tienen su masculinidad en duda. Yo no sabía eso, porque en otros lados, significa que eres sagaz o astuto; es un halago y no un insulto.
¿Cómo lo tomó?
Para ser sincero me dio mucha risa. Nunca imaginé que las cosas eran tan distintas acá; pero todo está bien, yo sé lo que soy y este tipo de cosas no tienen por qué afectarme, ni en lo mental ni en lo deportivo. Yo ya sé lo que significa y todo dependerá de la manera en que venga direccionado. No puedo decir que es un apodo que no me gusta, estaría mintiendo. Son varios años en los que me conocen así y la verdad no tengo problema, siempre y cuando no sea de manera malintencionada.
¿Dónde le pusieron ese apodo?
Fue cuando jugaba en Grecia (AEK Atenas). Marqué un gol y festejé poniéndome una máscara. Desde ahí me bautizaron como ‘Zorro’. No recuerdo si fue en el 2008 o el 2009, pero todo nació ahí. ¿Algún otro apodo? En el fútbol no, ninguno. Pero en el lugar donde nací y me crié (Santa Elena, Argentina), todos me llamaban ‘Zungui’. La verdad no sé de dónde salió ese apelativo, pero así me llamaban durante mi niñez y juventud; me gusta mucho porque me recuerda mis raíces.
¿Aquí en Ecuador, prefiere que le digan ‘Zorro’ o ‘Zungui’?
Como sea, pero como ‘Zungui’ solo me conocen en mi pueblo, en los demás países que jugué nunca me llamaron así. Fuera de casa siempre fui el ‘Zorro’ y creo que es el apodo que ha marcado mi carrera, no puedo decir que prefiero uno del otro, porque se dieron en diferentes circunstancias.
¿Ya se acostumbró a la ciudad?
Me gusta mucho, es una ciudad linda. Conozco algunos sitios y he tenido la oportunidad de pasear un poco.
¿Le gusta el calor?
Me gusta mucho la playa y el sol, así que el clima de la ciudad me viene bárbaro, espectacular. Hay días en los que sí hace mucho calor pero se puede vivir tranquilo, no me quejo y me siento cómodo desde que llegué.
¿Algún platillo guayaquileño que disfrute?
Me gusta mucho el pescado de mar y la ventaja que hay aquí es que es muy fresco, en mi pueblo no es así. De donde vengo es difícil conseguir pescado recién salido del agua, porque no estamos cerca de la playa. Lo que sí me ha causado un poco de dificultad es el picante y la sal que le ponen a ciertas cosas.
¿Qué otro deporte le atrae?
Me gusta el baloncesto, no tengo un equipo en especial, pero me agrada ver los partidos de los clubes y de las selecciones. Me hubiera gustado participar en esa disciplina si no hubiese sido futbolista.
¿Qué fue lo que más le sorprendió en Barcelona?
Me llamó la atención que este equipo es local en todos lados. No me había pasado en los demás clubes en los que jugué. En el partido ante Manta (1 de octubre) fue impresionante ver que todas las gradas eran amarillas, no era nuestro estadio, pero parecía que éramos los anfitriones; eso motiva mucho más.
¿Quién es su compañero más cercano en el club?
Todos nos llevamos muy bien, es un camerino muy unido, los compañeros me tendieron la mano desde que llegué y eso me tiene muy contento. Lo que sí puedo decir es que los compatriotas Oyola (Matías), Nieto (Federico), Saucedo (Pablo) y Peppino (Franco), me han ayudado mucho en la adaptación y siempre es bueno que haya personas que te hagan sentir como en casa.
¿A quién admira como jugador?
Como delantero, siempre me he reflejado en jugadores de mi posición, pero no es que admire a uno en específico, ha habido grandes atacantes en la historia, de varios países; no puedo quedarme con uno. Ninguno como Diego (Maradona).
¿El mejor del mundo?
Por supuesto, él es el mejor de la historia. No se puede desconocer que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son grandes jugadores, pero a mi criterio hasta ahora no hay un jugador que pueda superar lo que hizo Maradona, no solo por Argentina, sino por el fútbol mundial.