Más de un mes después de anunciar su fichaje, el Barcelona presentó hoy oficialmente al delantero uruguayo Luis Suárez, quien se declaró feliz de vestir la prestigiosa camiseta azulgrana.

«Quiero agradecer la confianza del club, el entrenador y la gente en mí. Es un sueño desde chico el poder jugar en el Barza», aseguró el futbolista, quien desechó la etiqueta de superestrella. «Las estrellas están en el cielo. Vengo a aportar para ganar títulos, como cualquier otro jugador».

«Es un orgullo tenerle entre nosotros. Es un gran fichaje», declaró el vicepresidente del Barza, Jordi Mestre, quien cifró en 81 millones de euros el coste del traspaso del Liverpool y la cláusula de rescisión en 200 millones de euros.

Suárez debutó el lunes con su nuevo equipo, jugando 15 minutos en un partido amistoso en que el Barza goleó 6-0 al Club León mexicano.

«Las sensaciones fueron emocionantes ayer (en el estadio Camp Nou). Me encantó, pero aún no me lo puedo creer», prosiguió el flamante fichaje, quien lució el dorsal nueve en su debut.

Fue su primer encuentro desde que fuera sancionado por la FIFA con cuatro meses de suspensión por morder al italiano Giorgio Chielini en el pasado Mundial de Brasil, el 24 de junio.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo suavizó el 14 de julio el castigo, permitiéndole entrenar con sus nuevos compañeros y disputar partidos no oficiales. Pero el uruguayo no podrá volver a saltar a la cancha hasta después del 24 de octubre, justo previo al primer clásico de la temporada en la liga española, contra el Real Madrid.

La de hoy fue su primera rueda de prensa desde el incidente con Chielini.

En total, Suárez se perderá 11 partidos oficiales (ocho de liga y tres de la Liga de Campeones) con su nuevo club, mientras que también quedó privado de disputar la próxima Copa América con Uruguay, pues le restan otros ocho encuentros de sanción con la selección charrúa