En los primeros minutos, el Barcelona pudo hacerse dueño del partido. Rakitic con Iniesta fueron lo que comenzaron a hilar jugadas siendo la más clara para anotar en el minuto 7’ cuando Pedro se encontró en el área presto para disparar, pero ante la incomodidad de los defensores perdió la oportunidad de anotar.

Minutos más tarde, llegó la réplica del Nápoles por medio de Insigne quien ante el letargo de la defensa azulgrana, logró rematar pero para suerte del golero Bravo, se fue desviado.

Con el pasar de los minutos, el cuadro de Luis Enrique retomó el control del balón. Rakitic se convertía en figura haciendo jugar con pases largos Munir y Pedro que intentaron marcar pero la salida rápida de Rafael les quitaba el grito de gol.

Para la segunda mitad, los azulgranas seguían con el control del balón pero sin poder abrir el arco de Rafael. Pedro fue quien tuvo más oportunidades de marcar. Empero, sus remates se iban al lado derecho o izquierdo de la red del portero napolitano.

Con el dominio, Luis Enrique decidió hacer la tanda de cambios. Alba, Piqué, Iniesta, Munir, Busquets y Rakitic salieron; ingresaron Grimaldo, Sergi Roberto, Sandro, Halilovic, Sergi Samper e Ié, con la finalidad de encontrar el gol en los minutos finales.

Sin embargo, el dominio no era sinónimo de eficacia, y eso marco la diferencia en el partido. Napoli aprovecho las pocas oportunidades de gol para ganar el partido. A los 80’, Dzemali desde lejos remató elevado, y en el intento del golero Claudio Bravo por rechazar, se le termina metiendo a su arco.