Un drama auténtico. La verdadera humillación deportiva jamás imaginada nunca antes. Esa la sufrió Brasil. El martes 8 de julio de 2014, se escribió la segunda catástrofe deportiva para los auriverdes. Se pensaba que con el “Maracanazo” de 1950 toda la tristeza se había extinguido. Sin embargo, 64 años más tarde llegó “El Mineirazo”, producto de la aplastante maquinaria alemana que pasó por encima del equipo brasileño con el contundente 7×1, en la semifinal de la cita ecuménica.

Cuando el mundo del fútbol se acostumbró a ver las hazañas de Brasil en los mundiales, nos tocó palpar la tragedia deportiva más inverosímil que puedan recordar los sudamericanos en décadas. Una historia que será contada en los distintos records mundialistas.

Más allá del análisis futbolístico, de estrategia y de quién se equivocó, existió una aplanadora llamada Alemania. Supo pegar el golpe de KO cuando Brasil se descuido. Apeló a las armas ofensivas que realmente jerarquizan al elenco europeo. Jugadores contundentes y con estilo impredecible, donde el jogo bonito se lo impusieron al país que creó el amor a la identidad plasmada con vistosidad futbolística.

Esta goleada en casa y el sueño del sexto campeonato mundial se esfumó para los jugadores, cuerpo técnico, dirigencia y pueblo brasileño. Otra derrota histórica, como la de aquel lejano Maracanazo de 1950. Se pensaba que la cicatriz no volvería abrirse. Sin embargo, el dolor deportivo reapareció con el famoso Mineirazo 2014. Una triste y cruel realidad, para un país futbolero y del primer mundo futbolístico, que deberá reponerse de este accidente momentáneo…RMV