Tuvieron qué pasar 12 años para que el club de fútbol más laureado del planeta vuelva a levantar una Copa de Europa.

Y es que lo que para muchos equipos era una ilusión, para el Real Madrid era una obsesión. La ansiada décima Champions.

Desde el 2002 a la fecha, pasaron por el equipo merengue varios técnicos, decenas de jugadores y sobre todo cientos de millones de dólares se fueron en fichajes de jugadores galácticos.
Tras la partida de Del Bosque en el 2002, último DT en ganar una UCL con el Real Madrid, desfilaron entrenadores de la talla de Luxemburgo, Capello, Pellegrini y hasta Mourinho, todos con la consigna de ganar la ansiada décima pero fracasaron en el intento.

Pasaron jugadores de la elite mundial como los galácticos Ronaldo, Figo, Beckam, Owen, Cannavaro, Van Nilsteroy, etc, sin poder lograr el objetivo principal.

En la era de Florentino Pérez como Presidente, en los periodos del 2000 al 2006 y del 2009 hasta la actualidad, El Real Madrid se gastó aproximadamente 1000 millones de euros en 50 fichajes (34 Extranjeros y 16 españoles), donde destacan los 96 millones pagados por Cristiano el 2009 y los 101 por Bale el año anterior.

La etapa post Mourinho arrancaba con la presencia de Carlo Ancelotti en el banquillo blanco. Después de haberlo intentado casi todo, el Real Madrid apostó por la experiencia del estratega italiano, portador de dos Champions League ganadas con el AC Milan. Las críticas no demoraron en llegar por un arranque de Liga vacilante en donde perdió un derbi en casa ante el Atlético y sufrió otra caída en Barcelona.

Sin embargo, la temporada 2013-2014 iba a tener un final feliz para la tropa de Carletto. A pesar de que se le escapó la Liga en las últimas jornadas, los merengues ganaron la Copa del Rey venciendo a su archirival Barça en la finalísima y más aún con la consecución de la tan preciada orejona después de tanta espera.

¿Pero que tuvo esta escuadra del Real Madrid para lograr lo que no pudieron los anteriores? Primero, tuvo un DT que no buscó el protagonismo mediático y que tuvo el mérito de encontrar el equipo ideal.

En defensa por ejemplo, los merengues lucieron muy mejorados comparados a cuadros anteriores. La presencia de Carvajal por la banda derecha le dió mucha solidez, y la dupla de centrales conformada por Pepe y Ramos se consolidó como una de las mejores del mundo. Como relevo el francés Varane siempre respondió.

A pesar de la lesión de Khedira, Ancelottti encontró una línea de volantes muy dinámica con Xabi Alonso, Modric y Di Maria. Los tres mostraron tener la polivalencia para defender y atacar según la circunstancia.

Mención aparte tuvo la delantera, catalogada como la BBC. Bale, Benzema y Cristiano conformaron un ataque demoledor, el más letal del torneo marcando 25 de los 37 goles del equipo. Los canteranos Jesé y Morata demostraron que pueden ser alternativas muy válidas en ofensiva.

Lo de Cristiano es capítulo aparte. No sólo que el portugués fue el porta estandarte de su equipo, sinó que se convirtió en histórico rompiendo el récord de más goles anotados en una edición de la competencia. Sus 17 goles en 11 partidos dan como resultado un promedio de 1.55 goles por partido. Números escalofriantes sobre todo analizando el nivel de competencia del torneo. CR7 demostró porque es el mejor jugador del momento.

El camino hacia el título no fue sencillo. Después de superar una primera fase invicto en donde estaba entre otros, el bicampeon italiano Juventus, eliminó en octavos al Schalke alemán y en cuartos al complicadisimo Borussia Dortmund, finalista en la edición del año anterior, y que le propinó la única derrota del torneo.

La prueba más dura llegaría en las semifinales cuando le tocaría enfrentar al último campeón Bayern Munich. El resultado global de 5-0 para los españoles, y sobre todo el 4-0 obtenido en el mismísimo Allianz Arena de Munich fue la muestra palpable que este equipo estaba para lograr grandes cosas.

El último partido ante el Atlético resultó ser el más duro de todos. Era una final entre rivales de una misma ciudad y los de Simeone demostraron ser un dignísimo rival. Cuando los colchoneros se estaban probando la corona llegó el cabezazo salvador de Sergio Ramos.

Sería injusto no dedicarle unas líneas al brillante defensor andaluz. La figura del equipo podrá ser Ronaldo pero nadie fue más determinante que Ramos para la obtención del título. Sin él, hubiese sido imposible lograr la décima corona. Sus 2 goles en Munich ante el Bayern sentenciaron la llave y el cabezazo en tiempo de descuento en la final de Lisboa lo hacen protagonista principal de este cetro. Fuera de eso, Sergio Ramos tuvo quizás su mejor temporada como profesional siendo un bastión en la defensa madridista.

En un partido que careció de brillo pero que le sobró emotividad nadie fue mejor en la gran final que Angel Di Maria. El argentino siempre encaró en ataque y fue siempre influyente, siendo el principal responsable del 2-1 anotado por Bale en la prórroga.

Aunque el gol del empate llegó recién al minuto 93 del encuentro, el Real Madrid lo buscó con insistencia todo el segundo tiempo. El premio le llegó tarde pero fue producto de buscar siempre el arco rival y de nunca bajar los brazos.

El que la sigue la consigue. Doce años buscándola hasta que se le dió. Un título que costó sangre, sudor y lágrimas pero finalmente la décima ya reposa en las vitrinas del Bernabéu.

¡Hala Madrid!