En el balompié ecuatoriano se dieron dos hechos bastante inusuales con dos futbolistas, quienes estuvieron en la cárcel tras tener accidentes de transito y luego volver al fútbol para jugar en el mítico estadio Maracaná.
El primer caso fue el del centrocampistas Alex Bolaños, quién fue detenido un 25 de septiembre del 2009. Tras nueve meses de estar encerrado logró conseguir su libertad y fichó con Liga de Quito. Ya en el conjunto ‘Albo’ jugó la final de la Copa Sudamericana ante Fluminense, el jugador ingreso al cambio al minuto 89 remplazando a Claudio Bieler.
Una historia parecida se repite con Freddy Olivo, quién en el mes de marzo del 2013 perdió su libertad tras un accidente de transito. El jugador logró salir en diciembre y rápidamente logró un acuerdo con Sociedad Deportivo Quito. Esta noche está confirmado de titular para enfrentar a Botafogo.
Nota: Jeanpierre Molina
@tuski16