Ha muerto Galo Roggiero. Dueño de mil y un anécdotas de fútbol. Todas sabrosas y de novela. Algunas picantes.

Roggiero es de esos personajes que pasa por el fútbol, no que el fútbol pasa por él. Deja huella, por su particular forma de ser y por ese porte dirigencial que lo hizo un directivo único en su estilo. Con chispa, ironía, doble sentido y lengua filosa. Frontal a su manera.

Nunca dijo «voy a morir en paz», pero reiteradamente mencionaba con orgullo y vanidad: «he estado en las 2 presidencias más importantes de éste país: Barcelona y la FEF, qué más puedo pedir».

De los pocos directivos que hizo fútbol y política y no se dejó contaminar por ella. Dueño de mil y un frases futboleras, de las que fácilmente se podría escribir un libro.

Tuvo etapas dirigenciales buenas y tormentosas, tanto en el Idolo como en la FEF. Varias veces campeón con Barcelona, Roggiero impuso su ley y su célebre expresión estremece el corazón amarillo: «Barcelona es una emoción popular, un sentimiento que derriba barreras». La dijo allá por el 70. «Lo que en el resto es una tos, en Barcelona es pulmonía», el estilo singular de alguien que ya forma parte de la historia dorada de El Idolo.

El pueblo amarillo lo recuerda con gratitud, más cuando se evoca que los 2 futbolistas más grandes de nuestra historia: Bolaños y Spencer, jugaron en Barcelona gracias al poder de convencimiento de Roggiero. «Chiro pero inteligente, el fútbol es para los vivos, no para giles». Roggiero y las frases que hoy lo elevan a la inmortalidad. Descanse en paz, Don Galo.

POR CARLOS VICTOR MORALES
CORTESÍA DIARIO SUPER