Apenas un año después de la renuncia del presidente de la Federación Brasileña de Fútbol Ricardo Teixeira, están aumentando los pedidos por más cambios en la organización.

Algunos congresistas, ex jugadores, hinchas y medios locales de prensa expresaron su descontento con que Marin ocupe el cargo, mencionando sus presuntos lazos con la antigua dictadura militar, su ineficiencia como jefe de la federación y acusaciones de violaciones éticas.

Marin, que ha negado las acusaciones y no planea renunciar, es además el presidente del comité organizador local de la Copa del Mundo del 2014 en Brasil.

«El comité organizador local no comenta sobre conjeturas», dijo el comité el viernes. «El equipo está concentrado en la Copa Confederaciones y tenemos la participación plena del presidente José María Marin en la preparación del evento».

El Congresista Romario ha encabezado la campaña contra Marin, y Ronaldo, otro ex jugador que es miembro del comité organizador local y el rostro de la Copa del Mundo, está también a favor de cambios en la Federación.

«Yo quiero lo que ellos quieren, que es cambiar el fútbol brasileño», dijo Ronaldo en declaraciones al periódico O Globo. «Hay muchas cosas que no vamos a ver más… Falta de transparencia, malos calendarios, violencia de los fanáticos. Si Marin no puede conseguirlo, necesitamos hacer cambios, la Federación tiene que avanzar. El fútbol necesita personas jóvenes, dinámicas, con nuevas ideas».

Como diputado federal por el Partido Socialista Brasileño (PSB), Romario se ha convertido en el principal detractor del presidente de la CBF. El legislador impulsa actualmente la convocatoria de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre los vínculos entre Marin y el régimen dictatorial que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.

La izquierda brasileña acusa el dirigente de ser responsable del arresto y asesinato bajo torturas del director de periodismo de la TV Cultura, Vladimir Herzog, ocurrida en 1975 en una unidad militar de San Pablo.

«¿Merecemos nosotros tener en el comando de nuestro deporte más querido, más popular, de un deporte que enorgullece a nuestro pueblo, a una persona sospechosa de involucramiento -aunque indirecto- con tortura, asesinato y la supresión de la democracia?», se preguntó Romario, en un discurso pronunciado el mes pasado en la Cámara Baja.