El Deportivo Cuenca era un equipo que ilusionó mucho en la pretemporada ya que la nueva dirigencia encabezada por Fernando Muñoz había realizado buenos esfuerzos para conseguir nombres que llegaron al club, incluido DT que daban por sentado un buen inicio de torneo.

Pero las cosas no han sido así y el Cuenca no ha podido despegar aún, el técnico Guillermo Rivarola dialogó en exclusiva con el programa FACTOR M de RADIO ONDAS AZUAYAS en donde habló de todo sobre el momento del equipo.

Primero empezó que la única duda que tiene es ver si alineará a Víctor Estupiñán o Andrés Ríos ante Deportivo Quito. La necesidad de la victoria hace que el DT necesite mentalizarlos de alguna forma por lo que mencionó: “Más que nunca deben salir a la cancha 11 leones, 11 guerreros”.

Explicó que en el bloque posterior la línea de tres en el fondo “les vino muy bien, se sienten más cómodos”.

A pesar del mal inicio elogió a la directiva del club. “Esta directiva está en lo más alto de lo que yo he tenido como directivo en los clubes en los que he estado, piensan como dirigentes, no como hinchas. Yo no soy un kamikaze del fútbol. Cuando la situación sea insostenible, yo voy y le doy un abrazo a Fernando y a Julio y me voy a casa. Los dirigentes apuestan al proyecto, yo creo en mis jugadores. Mi fuerza y la de los jugadores está intacta”.

Rivarola también aseguró que Damián Manso tenía una molestia en la rodilla en el partido ante Independiente del Valle pero por precaución lo cambió ya que podía seguir jugando.

Hace pocos días un jugador del club se quejó por un supuesto maltrato del presidente vía redes sociales e mensajería móvil, de esto indicó: “Edder Fuertes me llamó apenas tuvo ese problema y me explicó. Lo entendí y entendí también a la directiva”.

Rivarola expresó que “No voy a jugar con nueve jugadores atrás, no lo siento. Hay que ganar, no como sea pero hay que ganar. Nadie nos pasó por arriba, pero tenemos 3 puntos y esa es la realidad” y que los partidos los prepara sicológicamente ya que el equipo necesita de un triunfo.

Debido a que no ha podido obtener hasta ahora buenos resultados con el equipo de las “camisetas coloradas” sabe que los técnicos son los hijos de los mismos. “Desde que me dieron el título (de entrenador) soy consciente de eso, me senté en la silla eléctrica. Si yo me dejo llevar por el público ya estaría comiendo con mi familia en Argentina. Si ganamos tres partidos seguidos yo soy Brad Pitt” sentenció.