El derbi entre Inter y Milan que se disputó ayer en el Giuseppe Meazza fue un partido con mucho morbo para Mario Balotelli. El delantero jugó ante su exequipo con la camiseta del clásico rival.

Como era de esperarse, los hinchas de la nerazzurra lo recibieron de una forma poco agradable: con bananas inflables y pancartas en su contra. Durante el partido Súper Mario también recibió insultos e incontables silbidos.

Los presidentes de ambos equipos, Massimo Moratti y Silvio Berlusconi, habían pedido días antes del encuentro que hubiera Fair Play en las tribunas, pero no hubo caso. A mediados del segundo tiempo, Balotelli le dedicó varios gestos a su antigua hinchada. Levantó la cabeza y se llevó el dedo índice a la boca, haciendo callar al público.