El día martes, Barcelona hizo, sin duda, su mejo partido del 2013, lo hizo en Uruguay, con cancha en contra, con público en contra y hasta con un arbitraje bastante polémico que ha traído cola.

Los hinchas amarillos, más allá del resultado (que en palabras de su propio DT “no supieron liquidar”) estaban tranquilos porque vieron un equipo con personalidad, un equipo “canchero” que no se achicó ante ninguna circunstancia.

Sin embargo, 4 días más tarde, sábado 16h30 en el Monumental, la imagen fue contrastada en un 100%, un equipo que perdió el norte caía aplastado por una amplia ventaja vs un novel, pero incisivo Independiente del Valle.

Se han visto malas presentaciones en el Monumental, pero esta dejó un sabor amargo especial, si nos ponemos en contexto, BSC viene siendo el último campeón, con pocas incorporaciones (todas, en teoría, para levantar el nivel) y demostrando hace menos de una semana que puede desarrollar fútbol de calidad.

La pregunta que rondó los pasillos en el estadio amarillo fue ¿qué pudo cambiar en 4 días? No podríamos decir que fue cansancio pues han demostrado en varias ocasiones que pueden jugar en buen nivel con los mismos días de descanso y viajes más largos (vs Nacional de Uruguay), desconcentración puede ser uno de los motivos pero ¿porqué se desconcentrarían de retener el título que ostentan y que tanto le costó al equipo?

El hincha amarillo no se desespera pero tampoco se despreocupa, la 14 ya pasó y muchos esperan que lo del sábado, solo haya sido una mala tarde, para demostrarlo tendrán que viajar a Quito, donde los espera el enrachado equipo de Rubén Insúa.