Una investigación de la Universidad de Brunel señala que los mejores jugadores de fútbol del mundo tienen un cerebro más activo que el de los jugadores con menor habilidad.

En el estudio se analizó a 39 jugadores entre principiantes y semiprofesionales, a los que se les sometió a una resonancia magnética mientras se les mostraba imágenes de un jugador corriendo hacia ellos. Los jugadores más experimentados podían intuir con mayor certeza la dirección que debían tomar para evitar ser regateados.

Los autores del estudio publicado en el Journal of Sport and Exercise Psychology indica que este incremento en la actividad neuronal puede ser entrenado.