Zlatan Ibrahimovic se encuentra libre como un pájaro tras finalizar su etapa en la MLS de Estados Unidos después de cumplirse su contrato con Los Angeles Galaxy. Con 38 años, el delantero sueco sigue teniendo intacto su olfato de gol (esta temporada ha marcado 30 goles en 29 partidos) y tras concluir su contrato con el club estadounidense, se ha convertido en el objeto de deseo de más de un club europeo.

“Si hay un proyecto que me estimula, puedo tocar a mi nivel hasta que tenga 50 años”, asegura el sueco. Y ese proyecto estimulante parece acercarle a Italia, donde ganó cinco campeonatos, y más concretamente parece acercarle a uno de sus exequipos, el Milan.

Desde hace algunas semanas Italia suena con insistencia como su próximo destino. Ibrahimovic no solo no ha desmentido estas informaciones sino que en una entrevista reciente en La Gazzetta dello Sport daba algunas pistas. “Milán no es mi segunda ciudad. Es mi segunda casa”. Hoy el periódico italiano generalista Corriere della Sera va más lejos y apunta al fichaje del delantero sueco por el Milán, como la gran sorpresa de la ceremonia de celebración del 120º aniversario de la fundación del club el 15 de diciembre (la efeméride tiene lugar al día siguiente). El club celebrará una cena por todo lo alto, a la que acudirán entre otras personalidades, su expresidente, Silvio Berlusconi.

Desde la dirección del club, Paolo Maldini, director técnico y Zvonimir Boban, jefe de fútbol, ven con buenos ojos la llegada de Ibrahimovic al Milan, donde estuvo dos temporadas, la 2010-11 y la 2011-2012. Curiosamente, el nuevo propietario del Milán es el fondo estadounidense Elliot, quien debería aprobar el sueldo del sueco que, según el periódico italiano, apunta a los 6 millones de euros para un contrato de 18 meses.

Ibrahimovic podría ser el revulsivo definitivo del Milán, 13º de la Serie A, y el delantero que traiga los goles y el ansiado despegue del club. 22 puntos le separan ahora mismo de la Juventus de Cristiano Ronaldo, el líder.