El Valencia tendrá que intentar casi un milagro ante el Arsenal la próxima semana en Mestalla para estar en la final de la Europa League después de perder 3-1 en el Emirates Stadium en un partido vibrante en el que logró adelantarse, para después verse superado por el equipo inglés. Se trata de un pésimo resultado que obliga a ganar por dos goles de diferencia en Mestalla la próxima semana. El cambio de dibujo sorprendió a Emery, pero el Arsenal remontó el 0-1 de Diakhaby y, cuando el Valencia daba por bueno el 2-1, llegó el tercero de Aubameyang que obliga a lograr un resultado mayúsculo en la vuelta.

El entrenador blanquinegro no se fiaba de la minicrisis por la que atraviesa el equipo inglés en la Premier -tres derrotas seguidas, nueve goles encajados- y decidió proteger su portería con una todo su arsenal de defensas.

La falta de músculo en el centro de campo la suplió con el central Diakhaby a quien puso por delante de los tres centrales como pivote defensivo. Y no pudo estar más oportuno en los primeros minutos. Una falta sobre el jugador francés cuando conducía el balón en campo visitante dio origen una ocasión inmejorable de Garay que chutó demasiado alto. Y después marcó el 0-1 de cabeza al rematar de cabeza un córner ensayado y bien ejecutado por Parejo y Rodrigo.

El plan le salía redondo a Marcelino. El Valencia manejaba el partido sin ningún agobio. Presionaba, robaba y contragolpeaba. Y el Arsenal no daba señales de vida, salvo en su propia área. Peter Cehc respondió con una gran estirada a un trallazo de gol de Parejo. El intento posterior de cesión de Maitland Niles al meta checo resumía las deficiencias defensivas del equipo inglés: toque defectuoso de cabeza que a punto estuvo de dejarle el balón a Guedes.

Parecía que el equipo inglés solo podría reaccionar con alguna genialidad de sus dos delanteros. Y así fue. Lacazette rescató un balón en el centro del campo, buscó a Aubameyang que encaró ante la salida de Neto, con la suficiente sangre fría como para esperar a su compañero que marcó a placer sorprendiendo desde atrás.

El gol tuvo un efecto brutal en el partido: envalentonó al Arsenal y atribuló en exceso al Valencia.

De pronto los ausentes Ozil, Xhaka o Kolasinac empezaron a aparecer donde antes solo encontraban rivales y el juego se desniveló hacia la portería de Neto y así llegó el 2-1, con un claro sello Premier: un centro lejano desde la izquierda del medio bosnio superó a Roncaglia y otra vez Lacazette remató de cabeza picando el balón. Fue necesaria la tecnología del gol de la UEFA -el reloj del árbitro que vibra cuando supera la línea de meta- aunque las repeticiones dejaron claro que el balón había entrado a pesar de que el portero brasileño llegó a desviarlo.

Con el marcador a favor, el equipo inglés asedió a un Valencia al que le costaba demasiado salir a la contra. Se sucedieron ocasiones de Lacazette -espléndido-, Aubameyang y Ozil, que no lograron rematar con claridad, mientras que el Valencia buscaba la fórmula que le había permitido someter al Arsenal los primeros 15 minutos de partido.

Fue tras el descanso cuando el equipo valencianista enfrió un poco las ideas. El Arsenal trataría de buscar el tercer gol y ahí era donde podría explotar el contragolpe. Podría haber sentenciado antes Lacazette: primero, no acertó a rematar de cabeza después de otro error de Roncaglia y, después, se encontró con el pie derecho salvador de Neto.

El Valencia lo intentaba saliendo por velocidad: primero con una combinación eléctrica entre Rodrigo y Guedes a la que no llegó por poco el jugador portugués. Marcelino mantenía el dibujo con las entradas de Wass y Gameiro y el delantero francés a punto estuvo de hacer gol en el primer balón que tocó. Pero Cech le adivinó la intención. Poco después, disparó demasiado alto tras una jugada personal dentro del área.

Cuando parecía que el partido acabaría 2-1 que dejaba la semifinal abierta, llegó el tercer tanto de Aubameyang.

Marcelino descubrió su plan en el momento en que entregó a la UEFA la alineación titular con seis defensas -cuatro centrales y dos lateral ofensivos- con los que pretendía fortificar un equipo que echa de menos al lesionado Kondogbia y al sancionado Coquelin. Había un motivo para no hacer uso del entrenamiento oficial en la sede del partido en la víspera. Y era ése. El técnico ensayó por la mañana en la ciudad deportiva con este nuevo dibujo.