Ibrahimovic volvió a ser noticia por motivos no del todo deportivos. El delantero recibió un pisotón en la cabeza de Tyrone Mings y minutos después respondió con un golpe que mereció la roja.

Ante el Bournemouth, el sueco pasó de víctima a verdugo casi en un abrir y cerrar de ojos. Primero, estando en el césped, fue pisado por Mings y luego, en una jugada a balón parado, sacó el brazo a pasear para vengarse con un brutal codazo. Ambos se fueron de palabras; e Ibra ya tenía amarilla…