Cuando Ecuador ponía contra las cuerdas a Estados Unidos en busca del empate, el Juez central Wilmar Roldán no cobró una falta que daba una clara opción de peligro a ‘la tricolor’.

Los insultos hacia el árbitro colombiano Wilmar Roldán al no cobrar la falta, culminó con éste acercándose al estratega y pidiéndole que abandone la banca de suplentes.

No obstante, el director técnico no terminó en los vestuarios. Permaneció hasta el final del partido detrás de la banca de suplentes, esperando lanzar otro grito, el del gol del empate. No llegó y Ecuador no pudo avanzar a semifinales del torneo.